Tsunami migratorio
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Violencias y carencias provocan en Centroamérica la marcha hacia el norte.
No se puede vivir con seguridad, dignidad y suficiencia. Las causas son políticas, económicas y sociales. Se huye de violencia, inseguridad, desnutrición y desempleo. Se decide abandonarlo todo y avanzar hacia dónde hay lo que les falta. Algunos optan por quedarse en México donde ven la posibilidad de tener lo necesario. Otros sólo van de paso. Su objetivo es cruzar la frontera hacia USA y llegar a aprovechar ofertas y asirse a oportunidades dolarizadas.
Es una colectividad esperanzada. Se desprende de lo insoportable, buscando amplitud existencial y posibilidades de desarrollo, lejos de la fragmentación territorial de mininaciones. Caminan imantados por las uniones de estados que hacen países de gran población y extensa tierra.
La frontera hacia México no los detiene. Lo que temen es toparse con la cerrazón excluyente de una política antimigratoria que amenaza con
muchos requisitos y con cautiverio y deportación a los que crucen sin cumplirlos.
Se busca sanamente disuadir a los que avanzan haciéndoles ver la inutilidad de sus esfuerzos. Mientras no hay humanización de la legislación, se intenta librarlos de los riesgos del trayecto y darles ocupación provisional con que puedan satisfacer sus necesidades básicas.
Es una aventura que los desgasta por la decepción de no poder entrar y ser devueltos a su anterior desventura.
A todos los países poderosos les conviene impulsar el desarrollo de los que son dependientes y rezagados. El contraste de opulencia y miseria provoca, en todo el mundo, esos desplazamientos multitudinarios. Son un tsunami migratorio hacia dónde saben que hay satisfactores para todas sus carencias. El talento jurídico ha de encaminarse a no conservar sólo medidas de contención forzada, sino producir un paquete normativo civilizado junto con apoyos bien blindados que no sean desperdiciados.
México es el acceso terrestre a la prosperidad vecina. Hay creciente presencia de gente de todos los continentes. Insisten y persisten en manifestación creciente. Cerrar fronteras y levantar muros son anunciadas advertencias y se convierten en falsas soluciones unilaterales.
“Si no podemos llegar hasta allá nos quedaremos en México a trabajar y a sobrevivir mientras llegan mejores tiempos”, comentan quienes esperan participar en los proyectos del próximo régimen para el sureste. Son bocas que alimentar, pero también brazos para trabajar.
Canadá, como antes Uruguay, ya sustituye prohibición por reglamentación para el uso que llaman lúdico de la marihuana. Una reglamentación inteligente puede intentarse en USA para que la migración no sea ya causa de división de familias y rechazo de talentos y capacidades, sino un encausamiento de lo que se ha ido convirtiendo en tsunami migratorio...