‘Tres priistas en el Versalles’
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Tres amigos priistas se reúnen de lunes a sábado a la una de la tarde, en la cantina Salón Versalles de Torreón.
Cada día, llegan puntuales a su mesa cerca del “rincón de los borrachos” y de los sanitarios. El mesero les arrima su botana de chamorro y espinazo, con su cerveza de barril bien fría. Mientras se sientan, un grupo norteño o romántico ameniza sus preocupaciones políticas en esa cantina centenaria nacida en 1917.
Priista 1: ¡Quiero brindar por Pepe Meade que nos obligó a “conbeber” seis días a la semana para sobrellevar nuestra inminente derrota!
Los tres chocan su tarro y ríen alborozados.
Priista 2: ¿Estarás de acuerdo, compadre, que no es mal candidato el pelado?
Priista 3: Para nada. Pepe tiene un sólido perfil técnico, profesional y político.
Priista 1: Pero lo mata el 79 por ciento de desaprobación nacional de Peña Nieto.
Priista 2: Sí, el mismo 79 por ciento de mexicanos que percibe un México por mal camino.
Priista 3: Le parte la madre también su equipo de estrategas electorales. Mira que golpear tanto al “Cerillo” Anaya hasta victimizarlo; mientras “El Peje”, sin despeinarse, continúa a la alza.
Priista 1: ¡Cierto! De enero a marzo 2018, mientras éstos se daban pellizcos de pulguita y cachetadas guajoloteras, el pinche Peje pasó de 39 a 42 puntos en las preferencias electorales. Anaya se mantuvo en 31. Y Meade bajó de 24 a 18 puntos.
Priista 3: ¡No manches!
Priista 2 (grita al mesero): ¡Pancho, tráete otra ronda de cheves, pero con tres tequilas dobles, por favor.
El mesero trae la orden.
Priista 3: Tan negro está el panorama que algunos editorialistas hablan de un acercamiento de Peña Nieto con Andrés Manuel.
Priista 2 (confundido): ¡A chingao! ¿Con nuestro peor enemigo? ¡Ni madres!
Priista 1: Tranquilo, compadrito, ¿qué otra alternativa tenemos? ¿Qué llegue el pinche “Cerillo” y nos meta a la cárcel a todos?
Priista 3: Además, no nos engañemos. El Peje tiene ADN priista. Y sigue pensando como nosotros.
Priista 2: ¡Jajaja! Usted es un mendigazo, compadrito. Pues chingue a su madre, ¡somos un PRI-MOR y brindemos por el PRIeje!
Jubilosos por su descubrimiento, gritan ¡salud!; chocan su vaso tequilero y ríen a carcajadas.
La canción “Amor Sufrido” de los Traileros del Norte se confunde con sus risotadas.