Otros síntomas del embarazo
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Náuseas y fatiga, son dos de los síntomas comunes que puede padecer una embarazada. Pero hay algunos más raros, como la nariz que crece
Imagina que te estás haciendo unaselfie y, de repente, observas que tu nariz no es la misma de siempre, sino que está más grande de lo habitual. Eso es lo que le pasó a la modelo estadounidense Chrissy Teigen mientras grababa un vídeo con la cámara frontal de su móvil.
“Mi nariz era enorme, tenía su propio Índice de Masa Corporal. ¿Cómo vas a ganar peso con esa nariz? Eso es fascinante”, bromeaba la presentadora en una línea de Twitter que en cuatro días tuvo más de 8 mil retuits y 89 mil likes.
Aunque Teigen estaba embarazada por segunda vez, se mostró asombrada por la transformación que había mostrado esa parte de su cuerpo...
Entre las casi 500 respuestas que ha provocado los tuits de la modelo, varias mujeres le agradecieron que hablase de ese síntoma públicamente. Algunas, incluso, se atrevieron a hacer predicciones del sexo de su bebé a partir de la inflamación de su nariz. “No solo el pecho y los tobillos aumentan de tamaño cuando estamos embarazadas, también lo hacen zonas como los labios y la nariz. La explicación, según comenta la ginecóloga Amira Alkourdi, es la retención de líquidos que se produce, sobre todo, en el último trimestre.
Las náuseas, la fatiga y la aversión a ciertos alimentos (incluso a algunos que antes del embarazo les encantaban a las futuras madres) son síntomas que la mayoría relacionamos con la gestación. Sin embargo, existen otras manifestaciones menos conocidas de las que quizá nunca hayas escuchado hablar, pero que también forman parte de la realidad del embarazo.
Son las que veremos enseguida
Ardores en manos y pies
Suelen producirse durante la última etapa de la gestación, y su nombre clínico es ‘colestasis del embarazo’. Los ginecólogos explican que este trastorno es uno de los más molestos para las embarazadas, ya que aparece, sobre todo, por las noches y puede llegar a ser insoportable. Las causas de esta disfunción no se conocen completamente, se cree que interviene una combinación de factores genéticos, hormonales y ambientales. Le ocurre a entre el 1 y el 3% de las gestantes.
Hormigueo
en las manos
Algunas embarazadas llegan a notar hormigueo y/o debilidad en las manos por una afección llamada ‘síndrome del túnel carpiano’ (STC). Comparado con la población general, las pacientes embarazadas tienen un riesgo de 2 a 3 veces mayor de desarrollar este síndrome. El STC es la compresión del nervio mediano en el túnel del carpo (situado en las muñecas) y se manifiesta con alteraciones en la sensibilidad y en el movimiento de las manos. Tiene más posibilidades de manifestarse en el tercer trimestre de la gestación, y tiende a desaparecer después del parto.
La causa de la mayor frecuencia de STC en el embarazo es desconocida; sin embargo, se cree que los cambios hormonales provocan un aumento del volumen vascular materno, lo que sumado a otros factores, como la compresio?n de la vena cava inferior, hace que aumenten las posibilidades de desarrollarlo.
Calambres durante
el sueño
Descanso mal, sentir calambres en las piernas y moverlas mucho por las noches son tres consecuencias del ‘síndrome de piernas inquietas (SPI)’, una enfermedad que afecta entre al 5 y al 15% de la población.
En las mujeres embarazadas esa probabilidad aumenta hasta el 30%. Aunque la predisposición genética es importante, una de las causas fundamentales para que se dé es la anemia, algo común en el embarazo, por eso el SPI muchas veces aparece por primera vez durante la gestación.
Se conoce tan poco que las embarazadas en la mayoría de ocasiones no lo consultan con el médico y por lo tanto no llevan el tratamiento adecuado, que en este caso implica vitamina B12 y suplementos de hierro, que son los ingredientes para tratar la anemia (pero el consumo de ser aprobado por el médico).
Quistes en las encías Épulis. Se trata de tumoraciones benignas que salen en las encías por los cambios hormonales durante el primer trimestre del embarazo. Normalmente desaparecen después del parto, aunque en ocasiones se tienen que extirpar quirúrgicamente. Aunque este tipo de tumores no son frecuentes, la salud de la boca sí suele verse afectada durante el embarazo. El 75% de las gestantes desarrolla gingivitis del embarazo, lo que le produce inflamaciones y sangrados en las encías. Aumento de la miopía Si eres miope puede que durante el embarazo lo seas un poco más. Puede, incluso, que después del parto tengas mayor graduación que antes. “Este es el motivo por el que a las mujeres que quieren ser madres se les recomienda operarse (de la vista) una vez hayan pasado los embarazos”, dice una ginecóloga. Durante la gestación, aunque tengas una vista completamente sana, puedes llegar a ver borroso, doble, o con algunas manchas en la visión. En la mayoría de casos, esa pérdida de visión responde a los cambios hormonales, y los efectos desaparecen una vez que nace el bebé. Ronquidos El aumento de peso y la postura con la que duermes pueden provocar ronquidos durante el embarazo. Hasta el 30% de las embarazadas roncan durante la gestación, sobre todo en el segundo y tercer trimestre. Hemorragias nasales Aunque no es muy frecuente, durante la gestación algunas futuras madres sangran de vez en cuando por la nariz. Esto se debe a que la coagulación de la sangre se altera, los vasos sanguíneos de la nariz no drenan bien y se produce sangrado. No es preocupante si no ocurre con mucha frecuencia. Hemorroides Pequeñas venas y arterias se hinchan por la presión del útero, los cambios intestinales y la retención de líquidos. Las hemorroides pueden ser internas o externas y las sufren alrededor de la mitad de las embarazadas. “Cuando se da a luz normalmente vuelven a su ser, pero si han sido muy molestas, a veces tienen que tratarse después del parto”, dice una matrona. Hipersensibilidad olfativa. Muchas mujeres embarazadas suelen hablar de que durante los primeros meses no pueden soportar el olor de ciertas cosas que antes les gustaban o les pasaban inadvertidas, como un perfume o un alimento concreto. Los llamados “ascos” tienen una base científica: las culpables de esa hipersensibilidad olfativa son dos hormonas, la gonadotropina coriónica y la progesterona. Según las embarazas los “ascos” suelen ser muy molestos.