No quieren jugar
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Esta semana recibí un correo de una mamá preocupada: “Hoy se me hizo muy raro que mi hijo de 13 años lleva varios viernes seguidos sin invitar amigos. Lo que me contestó: Ahora nadie quiere venir o juntarse por las tardes porque juegan ‘Fortnite’ , que es un video que se juega desde las casas y solamente pueden jugar una persona por pantalla. Entonces, prefieren no juntarse y jugar todos desde sus casas”. Y esta misma semana recibí un mensaje a través del WhatsApp diciéndome: “Mi hijo tuvo una albercada de su escuela y una mamá me pidió que pasara por su hijo a su casa. Al recogerlo nos comentó que no quería ir porque estaba muy cansado y prefería quedarse en su casa jugando con la tablet. Le hablé a su mamá y me dijo que, si no quería ir, mejor que lo dejara en su casa”.
Lev Vygotsky, psicólogo ruso, afirma que el juego es una de las actividades más importantes para el desarrollo cognitivo y social. El juego libre y con otros niños incrementa, no solamente sus capacidades físicas como la velocidad, el equilibrio y la resistencia, sino además sus habilidades de socialización e intelectuales. La interacción lúdica ayuda a los niños a crear ambientes de tolerancia y respeto de normas sociales: esperar turno, seguir las reglas del juego, observar la integridad del otro, ser tolerante a la derrota y humilde ante la victoria. Sin embargo, la falta de regulación en el uso de la tecnología está creando una generación aislada del mundo real y egocéntrica. Claro que es más cómodo tener a nuestros hijos en casa, encerrados en su recámara y con un sentido muy equivocado de seguridad. ¿Por qué les damos a nuestros hijos lo que quieren y no lo que necesitan? Hay oportunidades con cierta seguridad y preferimos que se quede en su recámara con una tableta o celular en sus manos, y que no salgan al mundo.
La Organización Mundial de la Salud manifiesta su preocupación sobre el alto nivel de problemas alimenticios como la obesidad, la diabetes, el sedentarismo (poco ejercicio físico) y, sobre todo, problemas de atención, concentración y dispersión entre nuestros hijos. En las escuelas, los maestros reportan la incapacidad que tienen sus alumnos de seguir con comprensión una lección de 5 minutos. El Dr. John J. Ratey en su libro “Spark: The Revolutionary New Science of Exercise and the Brain” enfatiza la importancia del juego en los procesos como focalización, discriminación, selección, memoria, motivación, esfuerzo, resistencia a las frustraciones, constancia y persistencia. El Dr. Ratey advierte del peligro de tener una generación pasiva, cuya única actividad física es mover los dedos y sujetar el celular, la tableta o el control de los videojuegos.
Promovamos el juego no solamente en la familia sino también en la cuadra, parque y hasta la misma escuela. Muchos directores escolares, por miedo a la reacción de los padres de familia, han prohibido el juego y la actividad física en sus planteles. El juego claro que trae ciertos riesgos de caídas o golpes, pero los niños deben experimentar estos pequeños dolores para que desarrollen su carácter y fortaleza. El juego no es perder el tiempo sino una actividad necesaria para la vida.
@JesúsAmayaGuerr