Muro sin ventanas
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“El Bronco” pudo ser Presidente, pero desperdició su ventana de oportunidad. Nuevo León le hizo dos regalos: la gubernatura e información valiosísima.
El pueblo estaba harto de PRI y PAN. Era como información privilegiada: Nuevo León se adelantaba al futuro. Pero… Don Jaime cambió gubernatura por cobijas; y además, desaprovechó la información. Ni cuenta se dió cuando la ventana se le cerró en las narices.
AMLO no pensó en ventanas. Él tocó la misma puerta. La casa tenía dieciocho años vacía, esperándolo. Solita se le abrió. Capitalizó la frustración que ni Fox ni Calderón atajaron. Ahora enladrilló las ventanas que el PAN ayudó a construir en Los Pinos.
Felipe Calderón resultó históricamente catastrófico. Generó en el PAN una ventana a favor de un Ricardo Anaya, joven, inexperto y gran oportunista. La ventana ganadora, antes de la cargada hacia Andrés Manuel, era una super alianza con la sociedad civil. Preparar un ejercio democrático con menú de precandidatos no partidistas.
La ambición personal de Anaya resultó funesta—sin tocar los esqueletos en su clóset. Cuando el plan ganador era abrir ventanas para la sociedad civil, las remacharon. No lo digo por armar una alianza, sino por lo mal planeada y peor ejecutada. Santiago Creel un incompetente, totalmente palacio. Los candidatos Anaya y Barrales, dos errores garrafales.
La ventana del cambio para México es enorme, como lo fue para Nuevo León. Jaime no quiso entender, a ver si Andrés Manuel, sí. No es cosa de personas, sino de sistemas, métodos y en el fondo, de los paradigmas (modelos) que se adopten. Los grandes sistemas se pueden encauzar más no dominar. Si Andrés Manuel cree basta la voluntad personal, que se vea en el espejo de “El Bronco”: intenciones sin sustento intelectual.
AMLO ciertamente no es Felipe Calderón. Al PAN no lo dejaron crecer exponencialmente cuando tuvo su ventana en el 2000. Tipos como Felipe Calderón estorbaron a Fox cuando se enfocaron en “ganar el poder sin perder el partido”. Gracias a Felipe el PAN destruyó para todos la “patria ordenada y generosa”.
Con la aplanadora marca Morena, Andrés Manuel logró acaparar las ventanas con posibilidades ilimitadas.
Algunas quedarán en fachada y él empieza a cerrar portones. Por ejemplo, priistas y perredistas tienen
dos pasillos estrechos, Morena u ostracismo. Los gobernadores, salvo “El Bronco”, tienden a alinearse.
A decir de Leo Zuckerman, Morena ya construye un estructura de control político en cada estado, con super delegados, coordinadores y coordinadores de coordinadores. En efecto, Morena querrá reemplazar al PRI, pero va velozmente hacia un izquierda real, no simulada. Ah, y tiene una Constitución hecha a la medida y la mayoría del Congreso para remachar.
Supuestamente será un gobierno decente, austero, eficiente, solidario, puro bueno al mismo tiempo. Con el gobierno y partido bajo la tutela de una sola persona, ojalá no sea la película que ya todos vimos en los 70. No quiero ni pensar.
Contra esa mega estructura burocrática habría que buscar una alternativa real. No creo que “El Bronco” se ponga el saco. Por eso no será el gobierno de Nuevo León. ¿Quizá Monterrey? Tampoco lo creo. Felipe estará obligado a administrar una guardería para panistas obsoletos. Falta que no le anulen la elección de Monterrey.
La única ventanita que abrimos de último momento es la de San Pedro. Una candidatura independiente se impuso al PAN del alcalde caprichudo. La derrota de “El Bronco” ya se le había pasado de noche a Anaya en lo nacional, y a los panistas locales en todo el estado.
Por ello, San Pedro es la única oportunidad remanante. Podría ser un aparador de la modernidad generando un desarrollo envidiable. La meta sería hacer de San Pedro otro país, a contracorriente de un México izquierdizado y burocratizado. Necesitamos alguien que sepa de muros de acero, sin ventanas. A la cargada de búfalos envidiosos no los detienen los alambres de púas.
javierlivas@prodigy.net.mx