‘Mex-i-can’
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Le preguntaron a Guillermo del Toro, que cómo le hacía. Y constestó: Soy mexicano.
En la respuesta escuché: soy un mexicano sin bloqueos mentales, aventado, imaginativo, que me la juego, innovador, sin miedo al fracaso y menos al triunfo. En suma, un mexicano “fregón”. Distinto de los que polulan este lado del Río Bravo.
Muchos compatriotas se cuelgan la medalla de Del Toro, pero debieran reflexionar. El director triunfante tiene muchos años viviendo en Estados Unidos; su familia huyó de México tras sufrir un secuestro. Es en EU donde ha florecido para convertirse en un ídolo. Los creadores de “Coco”, otro éxito, también viven allá.
Me daría pena apropiarme el éxito de Del Toro; sería ilegítimo. Él lo ha logrado solo. Acá toleramos un País con gobiernos corruptos; nuestra apatía generalizada por el orden y la justicia, allá arropa a los talentos.
Aquí todos hablan, chatean, mandan memes, pero nadie hace la diferencia. Luego, preguntemos por quién van a votar y muchos están escogiendo la peor medicina posible: la quimio que te matará de seguro. No se necesita ser totalmente tonto para auto-recetarse veneno, pero ayuda bastante a morir aprisa.
El ingeniero Miguel Pedraza me mandó datos para que repensara la celebración de los Oscar. California es la octava economía más grande del mundo. Los residentes de origen hispano en California llegan al 38%, rebasando ya el número de “blancos”. Texas es otro estado muy hispanizado con 39%.
Los dos estados motores más grandes de la economía americana con 67 millones de habitantes activados por energía y talento mexicanos, producen cuatro veces (4 billones de dólares) más que todo México (1 billón de dólares) con 120 millones.
Ser “Mexican” en Estados Unidos debe leerse como “Mex-i-can”, o sea “Mexicano-yo-puedo”, autoempoderado. Bastan unas cuantas reglas sencillas de aplicar para convertir migrantes desesperados en empresarios y trabajadores empoderados.
Acá seguimos reacios a copiar el orden económico de EU que empodera mexicanos. Reglas claras, sencillas y parejas. Las soluciones populistas, basadas en ocurrencias del momento no funcionan. La Ley federal del trabajo está derogada en los hechos y es resguardada por sindicatos manejados por líderes mafiosos y criminales, como los amigos de Andrés y los que saturan el PRI.
Necesitamos motorizarnos en dirección contraria. Clonar esta nueva identidad de “Mex-i-can”; apropiarnos de ella con enjundia y a toda velocidad. A México le urge romper con varias décadas de nulo crecimiento, el vacío creado por un sistema político que premia a los ladrones y parásitos; y castiga a la gente decente.
Fustigo a los “pediches” y “chillones”, de los que hay millones. Que si Trump nos insultó, que nos dijo “violadores y asesinos”. Uy, qué horror. Los que se ofenden pero toleran a los políticos mañosos y transas, seguramente no son “Mex-i-cans”.
Yo soy “Mex-i-can”. Me importa poco la “corrección política”. Si alguien se ofende por lo que escribo, pues allá él. Me rehuso a ponerme sacos, y las mentadas son como llamadas a misa.
Si tu te sientes “Mex-i-can”, ¿qué vas a hacer los siguientes cien días para salvar a México. Votar no basta. ¡Métele “El Fua”! Da el extra, ¿recuerdas? ¿Cómo vas a multiplicar tu voto? Encuestas dicen que hoy ganaría quien conducirá al País viendo por el espejo retrovisor. Un verdadero “Mex-i-can” no se petrifica, se mueve, organiza.
Vean el barranco al que vamos, lean lo que escribe a Martín Moreno, diseminado por redes sociales. Que el “Peñagate”, mal uso de la PGR, contra Ricardo Anaya no los aviente a los brazos de “ya saben quién”.
La elección confrontará “mex-i-cans” contra los abundantes “Mex-i-cannotes” los que aman el lonche gratis y todo esperan les haga el gobierno. Si los “pejezombies” triunfan, sería por una decisión claramente minoritaria. Quedaremos listos para perder nuestro País, o lo poco que queda de él. Muévete ya.
javierlivas@prodigy.net.mx