Liderazgo social
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México tardará 20 años para acercarse a los promedios de bienestar de las economías más desarrolladas de los países adheridos a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), dijo a mitad de año José Ángel Gurría, su secretario general, que como comentario a parte fue Secretario de Hacienda en tiempos del Dr. Ernesto Zedillo. Así que vivimos en el país más desigual de 34 que componen el organismo. Sin lugar a dudas el modelo de sociedad endogámica que se ha construido, es el generador de éstas grandes desigualdades.
Presumimos que las empresas, las organizaciones y el estado cuentan con grandes líderes; sin embargo, ésta claro, que en la situación en la que vivimos ha faltado un liderazgo con tinte social que piense, como dijo Martín Buber en un “tu personal”, ya que al reconocer al tú se reconoce el yo, porque como afirmaba Gabriel Marcel, “el tú y yo hacen el nosotros”. Eso es lo que marca la diferencia entre los distintos líderes y la forma de concebir el liderazgo.
Ordinariamente y como parte de la reflexión convencional cuando pensamos en líderes, pensamos en automático en Gandhi, Luther King, Teresa de Calcuta o Nelson Mandela, son los primeros que se nos vienen a la mente. Por una razón muy simple. Su liderazgo no fue en lo económico, en lo político o en las tecnologías de información, fue en lo social ahí donde duele, en la lucha por la legitimación y la reivindicación de los derechos de los demás.
En una sociedad donde imperan los valores del libre mercado y donde se confeccionó una sociedad donde el individualismo y el consumo, el tener y el poder están por encima de todo. La necesidad de pasar de lo individual a lo social es una urgencia. El llamado a intervenir la realidad social que se encuentra conflictuada por el deterioro de los derechos humanos se convierte en un valor necesario.
No es suficiente, por tanto, hablar del tema de la responsabilidad, que por supuesto, una buena parte de la población no dominamos, hoy se requiere por las condiciones en las que vivimos, la puesta en práctica de la corresponsabilidad que es un valor más elevado que la responsabilidad porque implica una transformación de lo social.
Por supuesto, se puede ser un líder en lo político, en los negocios, en cualquier área de la vida humana, pero lo que más viste a un ser humano es la lucha por la dignidad de los demás, porque un líder es una persona que orienta y dirige a un grupo particular, pero el tema es recíproco, el grupo reconoce su autoridad. Esta autoridad tiene un reconocimiento social y por lo tanto en el fondo hay una fuerza moral, a eso se le llama liderazgo social.
En ese sentido el liderazgo social es la vinculación de los ciudadanos por intereses colectivos y su base se encuentra en la solidaridad. Es el desarrollo de un conjunto de capacidades, habilidades y conocimientos de la organizaciones sociales y civiles que permite el logro de beneficios sociales para los vulnerables.
Si en otro tiempo era la personalidad, la potencia, los triunfos en las batallas, la influencia en la comunidad, el valor, la heroicidad o el poder la característica de los líderes de las comunidades hoy tendríamos que decir que dadas las condiciones en que una buena parte de nuestros connacionales vive, se requiere de quien levante la mano para transforma la realidad donde se vulnera sistemáticamente la dignidad de las personas.
Si el liderazgo tradicional tiene que ver con mandar, dirigir, organizar, controlar, gestionar; el liderazgo social tiene que ver con la solidaridad, la legitimación, la confiabilidad, la participación, la proactividad y la identidad con un tipo de sociedad determinado. La axiología y un alto sentido de justicia para apostar por las causas perdidas es uno de los componentes más importantes de quien quiere sumarse a los grandes campeones de la historia.
En la sociedad en la que vivimos hay muchas causas a las que se les puede apostar. Enfermos, vivienda, infraestructura, discapacidades, migración, cuidado por el medio ambiente, ancianos, niños, chicos y chicas que no tiene oportunidades de educación entre otras cosas, esperan por ti. Es en la medida en la que pensamos en plural como podemos realizarnos como seres humanos, porque el liderazgo social ésta basado en el deseo de servir a los demás y a un propósito que va más allá de lo personal.
El axioma de “que cada quien se rasque con sus uñas” o aquello de “que te mantenga el gobierno” han sido expresiones que han justificado la pasividad, el compromiso y la corresponsabilidad que como compañeros de viaje tenemos. Si vivimos en una sociedad violenta, con altos índices delincuenciales, desigual e injusta, es porque muchos de nosotros poco hicimos por quienes estaban a nuestro alrededor. A muchos nos consumieron los valores que nos presentó la sociedad de consumo, que nos olvidamos que en la sociedad todos somos socios y como tales debemos de velar juntos porque tengamos un entorno adecuado para vivir. El liderazgo social es la respuesta.
No hubiese habido grandes personajes, si no hubiese habido grandes vacíos y patologías sociales. Hacer un análisis de la realidad, es decir, actuar con espíritu crítico y transformador es la clave para igualar a los desiguales. Recuerda que la idea que nos presenta la definición de desarrollo sostenible tiene que ver con la acción de dejar a quienes vienen detrás de nosotros un mundo en mejores condicione que el que recibimos, eso sería lo justo, ¿Qué estás haciendo al respecto?
Por su parte el artículo 29 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma que “toda persona tiene deberes respecto a la comunidad en la que vive, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad”, es tiempo de hacerlo vida. Esta idea nos pone en el área de la conveniencia y no de la virtud. Pero por supuesto, habrá personas por demás virtuosas; como las hay, que no requieran más que ver situaciones que hay que resolver, por que como afirma Charles Dickens en su libro Grandes Esperanzas: “En el pequeño mundo en el cual los niños viven su existencia, no hay nada que se perciba y se sienta con tanta agudeza como la injusticia”.