Las amenazas (3)
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Gracias por leerme. No pocos comentarios y apostillas he recibido con los tres últimos textos aquí publicados: el díptico titulado “Las amenazas” y el pasado texto, “Sermón Inicial”. Los tres han sido ampliamente replicados, gracias. Como siempre, tome usted lo que considere bueno de ellos y descarte el bagazo. Hoy regreso a los argumentos apenas esbozados de los cuales hay mucho por explorar, mucho. Ya no son “amenazas”, para iniciar el fuego de este día. Ahora son tristes y preocupantes realidades todas las palabras, chantajes, amedrentamientos, violencia verbal, intimidación y todas sus variantes, las cuales son ahora una dura realidad política: del autoritarismo ya hay un paso más hacia la dictadura.
Este y no otro es Andrés Manuel López Obrador con su poder vertical y avasallante desde su Poder Ejecutivo (validado por 53 por ciento de la votación en la cual los mexicanos le entregaron su Presidencia imperial), ya con un Congreso sojuzgado a sus caprichos y línea editorial y hoy acechando y amedrentando al único poder que le queda por arrodillar: el Poder Judicial. Al aceptar revisar la Ley de Remuneraciones de Servidores Públicos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (Ley que prohíbe ganar más al salario tasado por el propio AMLO como Presidente, 108 mil pesos), a los ministros les enderezó López Obrador lo siguiente: “están dando un mal ejemplo”. Lenguaje trivial claro, para los millones de claques que votaron por él, (palurdos e iletrados, la gran mayoría), pero la realidad es que la Suprema Corte de Justicia está trabajando y va a dictaminar una ley que al parecer y a decir de los especialistas, está mal diseñada, redactada y construida. Es su facultad constitucional, no es cuestión de moral ¡por Dios!: dar un buen o mal ejemplo (tratar como niños al pueblo de México, pues). Es su trabajo. Así de sencillo. Culpar de rateros, deshonestos y corruptos (insisto, esto no es un delito, es cuestión de moralidad, no es cosa tangible. Como si lo son los delitos que están tipificados como tales) a jueces, magistrados y todo el entramado del Poder Judicial por ganar más de lo que él está tabulando, es una ligereza que alguien debe de frenar inmediatamente.
¿Recuerda usted esta frase que se la recordé a la vez en el primer texto de esta saga? Lea: “Sólo retrógradas y pagados votarían contra proyectos de AMLO”, lo espetó en su momento la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky (cuando fue candidata a la gubernatura del Estado de México por el PRD, se llamaba Citlali Ibáñez Camacho, en fin). AMLO considera entonces, retrógradas y pagados y ciudadanos de tercera categoría a los hermanos del estado de Puebla, donde se ratificó el triunfo panista de la gobernadora Martha Érika Alonso. López Obrador no reconoce el triunfo y ha dicho que no irá a dicho estado porque fue “una decisión equivocada” del Tribunal Electoral.
ESQUINA-BAJAN
Las leyes y las instituciones, dijo AMLO en su momento, era necesario mandarlas al demonio. Sí, sólo cuando a él le conviene, como ahora en Puebla. Pero, ¿y sus actos anticipados de campaña? Artículo 3, párrafo 3, inciso A. Artículo 372, párrafo 1, de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (aportación puntillosa y precisa de don Gerardo Blanco, especialista en Derecho Electoral de la UAdeC), pues son letra muerta. ¿Entonces se va a aplicar todo el rigor de la ley o las leyes sólo cuando sean opositores al Ejecutivo y a los miembros de Morena? Al parecer y por su modo de operar, sí. Justicia que justifica de manera discrecional y vertical a una sola persona. Leyes a la medida (la famosa Ley Taibo, confeccionada para Paco Ignacio Taibo II).
Y claro, todo esto tiene y tendrá repercusiones en el vecindario de Coahuila, como ya lo tiene por ejemplo, en el estado de Puebla. ¿Por qué no se ha hecho una “consulta ciudadana” o “encuesta al pueblo”, pueblo que jamás se “equivoca” en Coahuila, para preguntarle a la gente si se quiere aquí o no como “virrey” al delegado del poder central de AMLO en Coahuila, Reyes Flores? El gobernador Miguel Riquelme, es su deber y es la hora del calendario para hacerlo, debe de marcar su posición política al respecto. ¿Entonces pueden moverse con toda libertad rumbo a puestos de elección popular en Coahuila, Reyes Flores, Luis Fernando Salazar (seguro candidato a la gubernatura de Coahuila por Morena), el mismo Armando Guadiana, ya con serios señalamientos de grandes negocios al amparo de su cercanía con AMLO; Oscar Mohamar…?
Si a esta falta de activismo político de Miguel Ángel Riquelme, le agrega usted los estragos de su primer Informe de Gobierno, la cena de negros está servida. Todo es necesario debatir, analizar y desplumar, para que usted, señor lector, tome sus mejores decisiones y de verdad se de una idea de cómo marchan las cosas en el Gobierno del Estado y la administración de eso llamado cosa pública, que nos incluye a usted y a mí. Sólo una perla de decenas que ya tengo listas, las cuales estarán apareciendo en este generoso espacio: ¿Sabe usted cuántas referencias hay a la salud mental y a ese flagelo llamado suicidio, el cual es un jinete apocalíptico en Saltillo y en todo Coahuila, en las 96 páginas del “Plan Estatal de Desarrollo 2017-2023”? Ninguna. Nada. Cero. Si no es nombrado, es invisible el problema. Inexistente. Si no hay problema, pues no hay presupuesto ni planeación. Nada. ¿Quién es el Secretario de Salud? Claro, un lagunero, Roberto Bernal.
LETRAS MINÚSCULAS
Al cual no le interesa el Estado ni sus habitantes. Así de sencillo. Muchas cacerolas tengo en la lumbre a fuego lento.