Lanzamiento
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Elon Musk, un innovador empresario, ha puesto en órbita un satélite cargando un auto Tesla. México no tiene cohetes. Compra sus satélites de telecomunicaciones. Nos ganan EU, Rusia, China, Japón, Gran Bretaña, la Unión Europea, pero también Israel, Ucrania, Irán y hasta Corea del Norte.
Además de la carrera al espacio perdida, hay otra que ni sabemos que existe: la carrera para entrar a la Tercera Revolución Industrial. Muy pocos mexicanos pueden describir hacia dónde corre el primer mundo.
Por eso no crean que mis críticas contra Andrés Manuel y su melancolía por revivir épocas pasadas dejan bien parados a los otros candidatos presidenciales. A ninguno le oigo ni pizca sobre la carrera hacia el futuro.
Se las pongo peor. Nuestro sistema político, nuestra “mente colectiva”, se muestra incapaz de darle un giro radical a nuestro desarrollo. La Tercera Revolución Industrial implica abrazar una transparencia total, cambiar competencia por cooperación, jerarquías por redes, ocurrencia y capricho por inteligencia. Otra cultura, otra educación.
Perdón si se oye feo, pero la revolución que debemos abordar la ubico exactamente en el punto ciego de nuestra identidad colectiva como país. Si no vemos el camino, ni sabemos siquiera el rumbo, no sabemos hacia dónde ir. No podemos lanzar un cohete que no hemos diseñado, desde una plataforma que tampoco existe.
Quien mejor describe la Tercera Revolución Industrial es Jeremy Rifkin (Youtube).
Cada quien sabrá si quiere profundizar. Espero que se reconozca que el tema está ausente; y que hay algunos candidatos más alejados o refractarios al tema que otros.
Los historiadores coinciden en que hubo una Revolución Agrícola hace unos diez mil años, un verdadero parteaguas para la humanidad. Cultivar la tierra, permitió dejar la cacería. Animales domesticados proveyeron comida. De paso usamos su energía muscular para trabajo y transporte.
La Primera Revolución Industrial sustituyó la energía muscular por energía de vapor proveniente del carbón. Máquinas de vapor permitieron una producción masiva, estandarizada. Nacieron los trenes como transporte. Aumentó la difusión de libros y periódicos multiplicando el conocimiento. Surgieron democracias y partidos.
En la Segunda Revolución Industrial vino la automatización de las máquinas. Incluye las primeras computadoras, explicablemente mal descritas como “cerebros electrónicos”. Vino acompañada de la jauja del petróleo como fuente de energía y el motor de combustión de gasolina como medio de transporte. Sus multiplicadores de conocimiento, los teléfonos, la radio y la televisión.
El siguiente salto ha buscado diversos nombres: la Era Digital, la Era de la Información, o de Internet o las redes sociales. Bajo el nombre de Tercera Revolución Industrial, sin embargo, se agrupan tres revoluciones que convergen y se potencializan mutuamente: información, energía y transporte.
Las telecomunicaciones y computadoras modernas en red están permitiendo entrelazar instalaciones generadoras de energía solar para compartirla, y optimizarla como una fuente limpia e inagotable. El transporte sin chofer permite compartir vehículos, reduciendo inversiones, costo y tiempo.
Tanto China como Europa está activamente rediseñando su futuro bajo las nuevas reglas de este nuevo paradigma. Nosotros, como “vecinos distantes” de los Estados Unidos no estamos ni siquiera haciendo cola. Nos super urge armar una nueva visión colectiva.
Mi pesimismo respecto a la elección de 2018 no es solamente el hecho de que Andrés Manuel López Obrador, el campeón de la anti-modernidad se encuentra en primer lugar en las encuestas. Se extiende a que, si somos un país rezagado, requerimos de una visión y un esfuerzo descomunal.
Dudo que un sistema político basado en competencias amañadas, que enaltece a los parásitos, que subsidia la ineficiencia, que premia la demagogia, recompensa a los mañosos, sobresimplifica los temas y olvida su pasado nos pueda conducir a la Tercera Revolución Industrial. Precisamente ausentes: la sabiduría, la energía y la acción para llegar allá.
javierlivas@prodigy.net.mx