La embestida
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El libro “La Embestida”. Ni al rojo ni al movimiento (editado por Fomento Cultural de la Tauromaquia Hispanoamerican. Abril de 2018) de Pancho Miguel Aguirre, sin duda que provocará otros estudios que profundicen en el comportamiento del toro de lidia, tanto en el monte como en el ruedo. Este libro único en su género, tuve la oportunidad de leerlo en el vuelo a China. En este texto se exponen las cuidadosas y profundas observaciones que durante años realizó el autor sobre los toros bravos y otros animales; también, las investigaciones con los toreros y los ganaderos le llevaron a conclusiones que revelan que existe un desconcimiento de por qué embiste el toro. Este trabajo rompe con una serie de ideas en torno al toreo. El esfuerzo de Pancho Miguel de sistematizar el comportamiento del toro en la embestida y el por qué de la forma de responder de los toreros y los novilleros, evidencian el empirismo de las maneras de torear que se han practicado durante toda la vida. En este texto comparte una original propuesta tan atrevida como lógica. Pasa del conocimiento primario, práctico e intuitivo al conocimiento sistematizado. Este es el mérito de Pancho Miguel.
El autor sostiene que el toro no embiste al capote, es decir al engaño, porque éste sea rojo. Ni tampoco al movimiento, si así fuera en el monte atacaría a los arbustos y a los árboles cuando éstos se estuvieran moviendo, por causa del viento. En mi caso siempre había escuchado que el toro atacaba lo rojo y el movimiento. Pero ahora, según este planteamiento de Pancho Miguel, el toro ataca al capote y al torero porque cree que es un depredador que lo va a agredir. El toro, como los jabalíes, atacan cuando se sienten acorralados, porque no tienen posibilidad de huir. Sin posibilidad de huir, su único recurso de defensa es el ataque. En el ruedo, el toro no tiene posibilidad de huir, su única alternativa para defenderse, es atacar.
Si el toro ataca para defenderse, cabe preguntarnos ¿qué es aquello de lo que se defiende?. Dice Pancho Miguel que en su opinión, el toro ataca a lo que piensa que es la cabeza del animal oponente, pues está acostumbrado a que el depredador ataque con el hocico o con los pitones. Es decir, su embestida es una consecuencia directa a una agresión en su contra, además de que su comportamiento dependerá del tipo de movimientos de su agresor.
Mi teoría, dice el autor, quizá parezca un atrevimiento, pero el objetivo primordial de este libro es estimular la meditación entre los especialistas, a fin de motivarlos a que continúen estudiando el camino secreto hacia los resortes que motivan al toro a embestir. En su investigación, Pancho Miguel nos comparte que se quedó realmente sorprendido al darse cuenta que la mayoría de los toreros no conocían bien las técnicas de la lidia o ni siquiera tenían una idea clara de qué para torear, hay distintas técnicas que se ejecutan en función del comportamiento de cada toro. Las técnicas de lidiar han sido transmitidas verbalmente a los toreros de generación en generación durante varios siglos, en una especie de tradición oral. Como no le satisfacía lo que le platicaban los toreros, se dio a la tarea de buscar literatura taurina que tratara sobre las técnicas del toreo. Y con sorpresa comprobó lo poco, casi nada, que se ha escrito sobre este tema. Este hecho, por tan repetido, me dejó realmente asombrado: los toreros sabían el cómo pero no el por qué.
Por lo que decidió ordenar y sintetizar las técnicas que debe poner en práctica un lidiador. Y empezó a preguntar a los toreros que iban a su rancho, si sabían algo acerca de la mano con la que arranca un toro ante un cite determinado, por uno u otro pitón. Comenta en su libro que pudo ver que existe mucho conocimiento y experiencia de ganaderos, caporales, vaqueros o toreros, pero eso no está sistematizado. Para sistematizar el comportamiento del toro es necesario internarse en la vida del animal, registrando cada uno de sus comportamientos al comer, beber, reproducirse, organizarse, defenderse, pero sin inferir en ella.
En este libro “Embestida”. Ni al rojo ni al movimiento, más que revelar viejos secretos, mejor sería calificar las aportaciones de Pancho Miguel como nuevos descubrimientos, pues sus estudios vienen a aclarar y a clasificar de una manera metódica y bien estructurada el desordenado y nunca reunido bagaje de experiencias de los profesionales.
@SalvadorHV
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