El Séptimo Sello/ 2001: Odisea del espacio
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Pocas son las veces en las que joyas de la cinematografía mundial coinciden en la pantalla grande y esta última semana del mes de noviembre es una de ellas.
Primero que nada, cerrando “con broche de oro” el ciclo Cien Años de Bergman en conmemoración del aniversario del natalicio del maestro del cine sueco que inició el pasado mes de julio y que en este espacio hemos estado recomendando en forma intermitente desde entonces, a partir de la noche de este fin de semana y hasta la del próximo jueves 29 Cinemex Galerías estará proyectando su obra maestra de 1957 “El Séptimo Sello”, la misma que dejó a la posteridad no solo la hipnótica presencia de su actor fetiche Max Von Sydow sino una de las mejores representaciones del cine como Séptimo Arte de lo que es el cine de autor, compilando todas sus preocupaciones como artista y como ser humano en un momento crucial del mundo en el siglo XX.
“El Séptimo Sello” nos remonta a la época de las Cruzadas, donde un caballero (Max Von Sydow) y su escudero (Gunnar Bjornstrand) camino de regreso a su casa para encontrarse con que una epidemia de peste negra ha diezmado a la población. Estando en una costa cercana a su hogar, la Muerte (Bengt Ekerot) se le aparece al caballero para decirle que su tiempo ha llegado para llevárselo, a lo que el caballero le responde con una afrenta: un juego de ajedrez que de ganar pueda salvar su vida. En medio de este peculiar juego el caballero enfrentará a la manera de Jesús siendo tentado por el diablo diferentes episodios en los que se cuestionará no solo la existencia de Dios sino el valor de la vida en un escenario tan desolador y donde pareciera que la único destello de luz es una caravana de artistas.
Como mencionamos al recomendar algunos de los títulos anteriores exhibidos a lo largo del ciclo del maestro de “Sonata de Otoño”, de 1978, a “El Silencio”, de 1963, “El Séptimo Sello” fusiona en su contexto apocalíptico que solo es una respuesta al escenario de Guerra Fría que existía en el mundo al momento de filmarla algunos de los temas recurrentes del cineasta a lo largo de su obra que tiene que ver desde su crianza en un hogar presidido por un padre que era pastor con su consabido cuestionamiento al irse desarrollando como artista sobre todo sobre la existencia de Dios en medio de la complejidad de las relaciones humanas y la representación de las mismas a través del teatro y el cine.
Presentándose como un perfecto complemento para este cuestionamiento sobre el origen del hombre y, en su caso, contraponiéndolo con la dependencia del ser humano de la tecnología en un futuro inmediato, el mismo complejo de cines reestrenará el próximo lunes como parte del aniversario número 50 de su estreno el clásico de ciencia ficción “2001: Odisea del espacio”, del cineasta de origen británico Stanley Kubrick que a manera de una ópera audiovisual nos lleva de la mano de un episodio inicial titulado “El Amanecer del Hombre” donde la aparición de un monolito parece definir la evolución (¿o extinción?) del género humano.
Este es el pretexto perfecto para que el maestro Kubrick le dé al espectador una cátedra de buen cine en su caso en color y con efectos especiales ganadores del Oscar a los mejores de 1968 y que no dejan de sorprender, desde la elipsis más célebre de la historia del cine en el corte de miles de años entre la prehistoria al duelo de la computadora HAL (con la voz del recién fallecido (Douglas Rain) contra un par de astronautas responsables de la misión espacial más arriesgada hasta ese momento.
Comentarios a: galindo.alfredo@gmail.com, Twitter: @AlfredoGalindo