‘El PRI No Entiende’

Después del Tsunami morenista, el PRI, incapaz de mirarse a sí mismo de manera autocrítica, ha optado por refugiarse en un estado de negación.

Una de las razones de su derrota fue la soberbia llevada a niveles psicóticos, como fue el caso de EPN, quien gobernó el País desde una burbuja, sin mirar, sentir y entender el impacto de sus acciones en la realidad de sus gobernados.

Un ejemplo en Coahuila ratifica esa incapacidad crónica de los priistas para mirar, sentir y entender la realidad del País; antes y después de su estrepitosa derrota. Blindado por una soberbia ilimitada, Carlos Moreira, auto denominado “Líder Moral” del Magisterio coahuilense, fue acusado de realizar una boda para su hija en San Miguel Allende con un costo “cercano a los 10 millones de pesos”.

Carlos “aportó 110 habitaciones por tres días (para sus invitados), e incluyó almuerzo, comida y cena, servicio a cuarto, bebidas y comilona”. La boda tuvo “más de 250 gentes (sic) entre invitados y gorrones, con servicio de vinos nacionales e internacionales”.

Un líder magisterial señaló “que los maestros de Coahuila están convencidos que la boda se realizó con lo que (Carlos) se robó del Servicio Médico, que actualmente está en crisis”.

¿No le es suficiente a Carlos, el estigma de la marca Moreira, con una deuda de 36 mil millones de pesos sin destino claro o los 410 millones de las empresas fantasmas para conducirse con sobriedad y moderación?

¿No le basta a Carlos, haber “controlando por más de una década las secciones magisteriales 38 y 5 del SNTE, imponiendo líderes a su voluntad y manipulando las cuotas y aportaciones que los trabajadores del magisterio y los gobiernos Federal y Estatal han realizado a la Dirección de Pensiones, el Servicio Médico, Fondo de la Vivienda y el Seguro para los Trabajadores de la Sección 38 del SNTE, instituciones donde la opacidad y el contubernio y las acusaciones de presuntos fraudes y desvíos por cantidades multimillonarias lo han alcanzado a él”, para guardar bajo perfil?

Lo dicho. El PRI no entiende. Carlos, menos.