El desencanto de la democracia mexicana
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En la medición 2016 de Latinobarómetro, cuando aparece la pregunta “¿Qué tan satisfecho ésta usted con la democracia que tenemos?” Solo el 19% de los encuestados, en México; contestan de forma afirmativa, el ochenta y uno por ciento no. Noruega es el país más democrático del mundo. En América Latina son Uruguay ¿se acuerda de Pepe Mujica? le sigue Costa Rica y Chile, según el informe ¿aunque Usted no lo crea? Somos los más insatisfechos cuando hablamos de la democracia.
¿Dónde ésta el problema? Muy probablemente en que hemos esperado mucho del concepto y nos hemos olvidado que éste, solamente resuelve un problema etimológico. Otro elemento son las reminiscencias del sistema político mexicano. Otra clave de interpretación por la que se ha perdido credibilidad, fueron los gobiernos represivos y autoritarios que gobernaron nuestro país de 1964 a 1982. Después, con la llegada de la transición, 12 años de gobierno panista continuaron con el desencanto por que las prácticas siguieron siendo las mismas.
Otros elementos que inciden en el problema del deterioro de la democracia son el corporativismo, la corrupción, la pobreza; como fuente generadora de descontento e inestabilidad, la exclusión y la marginación como detonantes de la vulnerabilidad de la vida democrática. Habrá que agregar a lo anterior las promesas incumplidas, los fraudes electorales, el tráfico de influencias, el doble discurso, la complicidad, la impunidad, la corrupción, los conflictos de intereses, el abuso de autoridad, el nepotismo, la falta de confianza en la clase política, los problemas en la impartición de justicia que hacen que el ciudadano ordinario, es decir, el 81 por ciento de la población en México no crea en su sui generis democracia.
¿Por qué hay que creer en la democracia? Porque la democracia es el estado ideal donde se despliegan de forma simple todas las libertades y todos los derechos políticos que con el paso del tiempo y la historia hemos conseguido como comunidad humana
¿Por qué no nos hemos acercado al ideal de la democracia? En mucho porque la democracia tiene como presupuesto la racionalidad, la autodeterminación, la toma de decisiones, la responsabilidad, la autonomía, la afirmación de un destino colectivo, la igualdad, la libertad, la inclusión, los acuerdos, la negociación, el compromiso, los consensos, la igualdad de estima, el reconocimiento, la emancipación, la soberanía popular, la libre discusión y de manera particular, la participación ciudadana y eso nos sigue costando mucho.
La democracia exige actitudes y aptitudes distintas en sus ciudadanos, muy probablemente por eso no la hemos vislumbrado del todo. J.B. Toro, afirma que “la democracia es como el amor, no se puede comprar, no se puede imponer, no se puede imitar; solamente se puede construir” ¿estás de acuerdo?
Felipe de Jesús Balderas Sánchez es profesor asociado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Articulista del periódico VANGUARDIA.
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