El anticleto

Alejandro Dávila FloresEl 3 de febrero del presente, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila (CDHEC) emitió una resolución con dos conclusiones y cuatro recomendaciones. 

En el primer caso, se consideró pertinente la queja interpuesta por el colectivo de ciclismo urbano Rueda Limpio, en el sentido de que el Ayuntamiento de Saltillo estaba violando los derechos humanos establecidos en la Ley de Movilidad Sustentable del Estado de Coahuila y que funcionarios del propio Ayuntamiento incurrieron “en violación al derecho humano a la legalidad y a la seguridad jurídica en su modalidad de ejercicio indebido de la función pública, en perjuicio de las personas que utilizan el sistema de ciclovía de la ciudad de Saltillo”.

Siendo el presidente municipal el superior jerárquico en el Ayuntamiento, la CDHEC le hizo cuatro recomendaciones. Me referiré a la primera y, en mi opinión, más importante: “Se cumpla… la Ley de Movilidad Sustentable para el Estado de Coahuila”.

Resumiré los aspectos más importantes de ese ordenamiento: el Artículo 3 considera de utilidad pública: “El  establecimiento  de  las  vías  e  infraestructura  para  todas  las  formas  de  movilidad  y  tránsito  peatonal,  de transporte no motorizado, de transporte público y de transporte motorizado; dispositivos de control de movilidad y tránsito” (Inciso II), así como: “La implementación de obras y planes para privilegiar el uso de la bicicleta en las centros de población de la entidad” (Inciso V).

En el Artículo 4 se indica: “Se otorgará prioridad en la utilización del espacio vial y se valorará la distribución de recursos presupuestales de acuerdo a la siguiente jerarquía de movilidad: I. Peatones, en especial personas con discapacidad y personas con movilidad limitada; II. Ciclistas; III. Usuarios del servicio de transporte público de pasajeros”.

El Artículo 15 establece que los municipios: “elaborarán sus propios programas de movilidad sustentable sobre las bases siguientes: I. Las metas a cumplir para cada año de la dministración. II. Las obras y acciones que se implementarán; y los estudios que documenten las necesidades del rubro. III. Las asignaciones presupuestales. IV. Las acciones coordinadas con el Gobierno Estatal y Federal. V. Los objetivos que corresponden a cada una de las unidades administrativas municipales. VI. Las metas de acuerdo al calendario. VII. Los indicadores, y; VIII. La información necesaria para que la ciudadanía pueda identificar con facilidad las acciones y obras que se implementarán en cada zona, colonia o ejido, así como el plazo en que serán ejecutadas y concluidas”.

A ojos de los ciudadanos, en los hechos, estas disposiciones de la Ley han sido letra muerta por el incumplimiento de los responsables de atenderla. Y no es un problema de falta de recursos, pues una política de infraestructura de movilidad que respete las prioridades establecidas en la Ley es más económica y eficiente que aquella centrada en la construcción de puentes y vialidades.

El 24 de febrero, el Ayuntamiento aceptó las recomendaciones de la CDHEC y el 14 de marzo emitió un informe de las acciones realizadas para atenderlas, las cuales fueron insuficientes, tal como lo establece la respuesta que dio la CDHEC al Ayuntamiento.

Una de las ventajas de la bicicleta es que uno encuentra a su paso a los personajes más insospechados y puede abordarlos sin necesidad de solicitar audiencia. Eso me ocurrió un día de abril cuando transitando por la lateral de la av. Universidad, a un costado de la Unión de Organismos, me topé con una flamante camioneta de lujo estacionada en plena ciclovía. Giré mi cabeza a la izquierda y vi al director general de Infraestructura y Servicios Públicos, Collins Camp, quien posaba frente a la cámara presumiendo los trabajos de repavimentación sobre avenida Universidad. Junto a él estaba su chofer y resultó que la camioneta que estaba violando el Reglamento de Tránsito era la del propio funcionario. Atrapado en la maroma, ordenó a su chofer que moviera el vehículo. Aproveché el viaje para pedir una cita y a los pocos días lo visité en su oficina para solicitarle el cumplimiento a las recomendaciones de la CDHEC.

En dicha entrevista me comentó que en breve se realizarían labores de mantenimiento a la ciclovía y ofreció enviarme la relación de las acciones contempladas. Una vez que revisé la información, de inmediato le hice llegar mis comentarios al respecto. Reproduzco el contenido: 1. Solamente se incluye el pintado de carriles y no es completo; 2. No incluye el tramo de la ciclovía que está sobre el blvd. Luis Echeverría, entre Vito Alessio Robles y la calzada Madero; 3. No se contemplan las acciones de bacheo, reposición de bloques de neopreno y de la señalización; 4. No se especifica que  se utilizará pintura termoplástica; 5. Recomiendo que el pintado de la ciclovía en el tramo arriba señalado del periférico Echeverría se haga a la brevedad, pues con la repavimentación reciente de parte de esa arteria desaparecieron los carriles de la ciclovía y los autos están invadiendo ese espacio a gran velocidad. Hay un riesgo elevado de accidente en ese punto y mi opinión es que también se requiere la reposición de bloques de neopreno en ese segmento; 6. Hay bloques de neopreno desprendidos en varios puntos a lo largo de las ciclovías y convendría fijarlos a la brevedad para que no se los lleven. A partir de ese momento, teléfono descompuesto y buzoneo. A casi tres meses de la repavimentación, los tramos afectados de la ciclovía siguen en las mismas. Hoy me comuniqué por teléfono con el Arq. Martín Nava, director de Obras Públicas del Ayuntamiento, quien se comprometió a repintar los tramos afectados por la repavimentación sobre av. Universidad y el periférico Echeverría a partir de la semana próxima. Como dijo José Feliciano: we will see.

Durante la celebración del ciclodía, en octubre del año pasado, el Alcalde ofreció la luna y las estrellas a los ciclistas. Así se ha pasado desde su campaña hasta este momento, cuatro años de puro salivazo: ¿será incompetencia, negligencia, desdén o berrinche?

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