Derribo de avión ruso en Siria: crisis Israel-Rusia
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Entre Israel y Rusia todo iba más o menos bien. Hasta que ocurrió lo que, todos sabían, eventualmente podía terminar ocurriendo dada la sobresaturación del espacio aéreo sirio, y dado el ineludible factor de que en la guerra que tiene lugar en ese país, Moscú se ubica justo del lado de los mayores enemigos de Israel. En efecto, el lunes pasado un avión militar ruso fue derribado durante un bombardeo israelí a territorio sirio. En una confusión, la aeronave fue víctima del fuego de misiles antiaéreos sirios que iban dirigidos contra los aviones israelíes, ocasionando la muerte de 15 militares rusos. A diferencia del Ministerio de Defensa ruso y de su embajada en Tel Aviv, Putin no responsabiliza a Israel de los sucesos, pero ello podría estar reflejando que en Moscú hay muchos actores ya exasperados a causa de los acuerdos que Netanyahu ha logrado negociar con Putin durante los últimos meses, los cuales han permitido a Israel actuar con amplitud. Intento sintetizarlo.
Primero, recordar que los dos grandes aliados del presidente Assad a lo largo de los últimos siete años de la guerra en Siria, han sido Rusia e Irán. Irán ha contribuido, además, mediante el apoyo de las milicias chiítas financiadas, armadas y entrenadas por Teherán, la mayor de las cuales es Hezbollah. Estos diversos actores se han ido posicionando de manera cada vez más firme y estable en territorio sirio.
El problema es que Israel considera una amenaza a sus intereses vitales el reposicionamiento de su más acérrimo enemigo en la región —Irán— así como de sus milicias aliadas, en un espacio tan próximo a sus fronteras. Así, buscando proteger lo que considera sus intereses de seguridad, Israel ha llevado a cabo ya unos 200 bombardeos sobre territorio sirio. Se calcula que unos 140 militares iraníes han muerto en estos ataques.
Acá hay muchos temas a considerar. Menciono por ahora solo dos. El primero: ni Siria, ni Irán, ni Hezbollah han respondido de forma seria ante los bombardeos israelíes. El segundo es que la laxitud con la que Israel ha operado en los cielos sirios ha contado con el aval de Rusia, el país que se está alzando como la potencia extranjera con mayor peso e influencia en ese territorio. Comprendiendo que no hay mucho que puede hacer para evitarlo, Putin ha accedido a que Israel se mantenga atacando a Irán y sus aliados, bajo la premisa de que no se comprometa, en lo esencial, el poder que Assad ha logrado recuperar en el país y, por supuesto, bajo la suposición de que las posiciones y personal militar ruso no sufran consecuencia alguna.
El derribo del avión podría alterar estos acuerdos. En Moscú hay voces que han terminado por exasperarse de la permisibilidad con la que se ha dejado a Israel operar en territorio sirio. Por tanto, habrá que esperar el resultado de las intensas negociaciones que en estos momentos tienen lugar entre Israel y Rusia. En el fondo, también Rusia desea que Irán repliegue sus posiciones de Siria, pero es poco probable que Teherán lo haga. Por consiguiente, es probable que Israel siga atacando territorio sirio, con o sin acuerdo de Moscú. Sin embargo, si el trato que actualmente tiene Netanyahu con Putin se llega a vulnerar, la capacidad israelí para operar en los cielos sirios se podría complicar considerablemente. Adicionalmente, la cuerda que detiene hoy a Irán o a Hezbollah de responder ante los ataques de Israel se podría estar rompiendo de manera peligrosa. Considerar todo lo anterior en las negociaciones en curso no es simple, pero es indispensable ante los escenarios que podrían estarse cocinando.
@maurimm
Analista internacional