Balcanizados
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Las encuestas muestran un País dividido y atorado. Nadie supera la tercera parte de los votos. Quizá el dato que medio salva un poco es que hay un 20 por ciento de electores que simplemente no se decide aún.
Hace 12 años hice un análisis del País, dividido por las mentalidades de administración de los empresarios. Hoy, los resultados de la encuesta de Reforma, valida que las regiones identificadas siguen vigentes. En el norte, el estilo empresarial es más profesional, más tipo gringo. En el bajío es más aristocrático. En el centro es autocrático, mandón. Y en el sur el estilo es comunitario.
Estas fronteras se convalidan con los resultados. Por el ejemplo en el Norte y Noroeste, Ricardo Anaya gana con la tercera parte de los votos, dejando a Morena el segundo. En cambio, en el Sur-Sureste, Centro y Centro Occidente, Andrés Manuel López Obrador se impone por márgenes holgados.
El dato que más me preocupa es el de los que tienen prepa en delante y entre universitarios que de acuerdo a Reforma, son entre quienes Andrés Manuel tiene más apoyo y mayor el contraste respecto a Ricardo Anaya. A José Antonio Meade le va mal parejo. El PRI es un lastre que hundiría a cualquiera, y más a una persona que no nació para político.
Sabemos que mientras un 20 por ciento de la población no decida su voto, las encuestas carecen de validez científica como pronósticos. Sin embargo, soy un convencido de los efectos cascada, la profesía que se cumple a sí misma y el efecto mariposa. Entre más se repita que Andrés va a ganar, más fácil que gane.
Afortunadamente las candidaturas independientes están tomando su nivel. Margarita Zavala bajó y Jaime Rodríguez “El Bronco” no remonta.
Falta que en una de esas declaren su candidatura inviable para que entonces sí regrese a Nuevo León como el caballo blanco, con la boca (por ser humano) sangrando.
La ley electoral por su parte se ha convertido en un mal chiste. Esto de las intercampañas es una bofetada a la libertad de expresión. Solo se explica como el resultado de una negociación entre quienes quieren democracia y quienes sueñan con burro-cracia. Generalmente la gente de izquierda es a la que se le hace más fácil tirar al suelo la libertad de expresión en nombre de una supuesta equidad electoral.
L
a delantera de Andrés me hace pensar en el escenario de los dos picos y no me refiero al Cerro de la Silla. Tanto Vicente Fox como Felipe Calderón, con todos sus defectos bajaron la deuda en términos relativos, pero luego viene el PRI y ¡zas! a subirla hasta el cielo.
Lo mismo pasó en Nuevo León, Fernando Canales y Fernando Elizondo bajaron el endeudamiento, tan solo para que Natividad González y Rodrigo Medina se volvieran a servir con la cuchara grande. De nuevo, Andrés parece decidido a quedarse en el pico del cerro para siempre cuando anuncia sueldos para jóvenes ninis y becas por doquier.
Ante este escenario de un populista por excelencia en el Gobierno, veo venir una balcanización del país. Si el centro, sur y sureste esperan que el norte y noreste sigan cargando con el pato para que otros vivan rascándose la panza, pues creo que ya no lo vamos a permitir.
La deuda de Nuevo León por ejemplo, es el resultado de un gasto que no se puede frenar sin suspender servicios básicos. No veo que en el nuevo sexenio sigamos enviando el doble de recursos a los que el Gobierno Federal nos regresa. Difícil que AMLO repare la inequidad del reparto fiscal. Y de allí el conflicto se vendrá en serio.
Si “El Bronco” dejó pasar la gran oportunidad de abanderar la reforma fiscal que el norte del país exige, el estado de Chihuahua ha llenado ese hueco. Andrés puede ser la gota que derrame el vaso de la paciencia de quienes más y mejor trabajan para que otros en el centro se gasten o se roben su esfuerzo.
La paciencia del norte se está agotando. A ver si los mexicanos del centro y sur del país empiezan a trabajar en vez de vivir del gobierno, pero no creo. Nótese que este grupo es el que más apoya al eterno candidato tabasqueño.
javierlivas@prodigy.net.mx