Viñetas de Mahoma, de 'mal gusto': Le Monde
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En su editorial Integrismo: ¿hay que verter aceite al fuego?, el rotativo cuestionó el sentido de responsabilidad de los autores y editores de las caricaturas publicadas en Charlie Hebdo
París.- El semanario Charlie Hebdo sabe que la caricatura es un arte delicado, la provocación también y la risa puede ser explosiva, pero publicó viñetas de mal gusto, incluso dolorosas, a sabiendas que atizarían sentimientos, fustigó hoy el diario Le Monde.
En su editorial "Integrismo: ¿hay que verter aceite al fuego?", el rotativo cuestionó el sentido de responsabilidad de los autores y editores de las caricaturas satíricas del profeta Mahoma publicadas en el semanario Charlie Hedbo cuando existe ira en el mundo árabe.
En su edición de este miércoles, el semanario satírico ofrece una docena de viñetas sobre Mahoma y los fundamentalistas islámicos, pero ya en 2006 Charlie Hebdo había reproducido caricaturas, publicadas en un periódico danés, que igual causaron cólera entre los musulmanes.
La publicación francesa fue demandada pero ganó el juicio y en 2011 sus instalaciones fueron incendiadas tras publicar un número titulado "Sharia Hebdo", dedicado a la ascensión de los islamistas en Libia y en Túnez, refirió el periódico.
Las mismas causas producen los mismos efectos, pues con su última edición Charlie Hebdo quedó en el centro de una nueva polémica, aún más intensa esta vez debido a las muy violentas respuestas al vídeo "La inocencia de los musulmanes" la semana pasada.
En este contexto "altamente inflamable" y ante los llamados a protestar en París el próximo fin de semana contra esa película, el gobierno francés reaccionó de inmediato, recordando que la libertad de expresión es uno de los principios fundamentales de Francia.
El primer ministro Jean-Marc Ayrault expresó su "rechazo a cualquier exceso" y apeló al "espíritu de responsabilidad de todos" , mientras que el Consejo francés de la fe musulmana pidió a los musulmanes "no ceder a esta nueva provocación islamofoba".
Recordó que Francia es una democracia secular, donde la libertad de pensamiento y de expresión -en cumplimiento de la ley- es una norma fundamental, esencial de alguna manera, pero que no puede sobreponerse a ninguna otra superior, en particular religiosa.
Las religiones son sistemas de pensamiento y creencias respetables, pero pueden ser libremente analizadas, criticadas, o incluso vistas como ridículas, puntualizó.
"Cualquiera puede pensar en las elecciones editoriales de Charlie Hebdo, en la estética de su diseño y en la delicadeza de su estilo, pero solo la limitación de su libertad de expresión es la que los tribunales podrían estimar justificada", apuntó.
Sin embargo, "las caricaturas impugnadas son de mal gusto, incluso dolorosas. Fueron publicadas en un momento en que sin duda van a contribuir a poner aceite sobre el fuego, lo que suscita dudas sobre el sentido de responsabilidad de sus autores y editores", opinó