Un año después, las protestas en Estambul no debilitaron a Erdogan
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Un año después, el balance para los opositores al jefe de gobierno es más bien discreto y se encuentran prácticamente con las manos vacías.
Estambul,Turquía.- Un año después de las intensas protestas en torno al emblemático parque Gezi en Estambul, el primer ministro conservador-islámico de Turquía Recep Tayyip Erdogan gobierna con los carros lanzaaguas.
Todavía en la actualidad casi cada fin de semana se congregan opositores para participar en nuevas manifestaciones, solamente para ser desplazados por las calles poco después por una policía en superioridad. La intensidad de las protestas difiere, pero no se perfila una caída o siquiera un tambaleo de Erdogan.
La evacuación a la fuerza del parque Gezi para un controvertido proyecto inmobiliario desató el 31 de mayo del año pasado diversas manifestaciones en cuestión de horas en ciudades turcas. Cientos de miles se volcaron a las calles y libraron duros enfrentamientos con la policía.
Detrás de las barricadas en la plaza Taksim de Estambul se atrincheraron entre otros estudiantes, jubilados y la vieja élite secular para luchar por las libertades civiles.
El estilo autoritario de gobierno de Erdogan y su modelo de sociedad religiosa-conservadora sentaron las bases para que la chispa del parque Gezi encendiera una intensa e inesperada resistencia.
Ankara incluso amenazó con una intervención del Ejército. "La policía está ahí. Si eso no alcanza, la gendarmería. Si eso no alcanza, las Fuerzas Armadas turcas", dijo el vicejefe de gobierno Bülent Arinc. El poder de Erdogan en Turquía parecía amenazado.
Pero un año después, el balance para los opositores al jefe de gobierno es más bien discreto y se encuentran prácticamente con las manos vacías.
De la ola de protestas no emergió -al menos hasta ahora- un movimiento político que pueda presentarle un programa diferente a los votantes. Y Erdogan incluso consolidó nuevamente su poder en las elecciones comunales a fines de marzo.
Sin embargo, la cultura de la protesta florece. Y lo que comenzó con creativos juegos de palabras en paredes y carteles ahora asoma en las artes plásticas o la fotografía.
Los opositores a Erdogan continúan jugándose en las calles y mostrándole al mundo en qué se convirtió el otrora reformista. Pero, a pesar de ello, las encuestas pronostican que Erdogan podría ser elegido presidente en agosto, si finalmente se resuelve a ser candidato.
Mientras tanto, para el primer aniversario de la protesta en Gezi habrá hasta 25.000 policías y 50 carros lanzaaguas que buscarán impedir manifestaciones en la plaza Taksim. Para los policías en Estambul se suspendieron las licencias este sábado, informó el diario "Cumhuriyet" en su edición online, citando a las autoridades policiales.
También se desplegarán helicópteros y se controlarán los puentes entre Asia y Europa sobre el Bósforo. Además, la estación de metro de Taksim permanecerá cerrada.
Por su parte, los votantes de Erdogan están ideológicamente convencidos y no se dejan influenciar por el sube y baja de la política diaria, considera el experto Kemal Kaya en un artículo.
Con el auge económico de los últimos años y un sistema de bienestar, Erdogan ganó puntos sobre todo en las zonas rurales, donde reúne hasta el 90 por ciento de los sufragios. Y los seguidores decepcionados se pasaron por lo general al extremista de derecha MHP u otros partidos de la ultraderecha.
Erdogan siempre esgrime sobre todo teorías conspirativas para explicarle las protestas a sus seguidores. "La violencia en el parque Gezi fue incitada cuando Turquía rompía récords a nivel económico y en relación a la paz y estabilidad internas", argumentó el primer ministro ante los parlamentarios de su partido.
El extranjero no quiere un partido fuerte, sostuvo. Los medios leales al gobierno levantan rumores de que sobre todo Alemania quiere impulsar una nueva ola de protestas.
El AKP procede con cada vez mayor violencia contra sus críticos. Esto fue vivido recientemente por un manifestante que durante una presentación del político Melih Gökcek del AKP portaba un cartel. "Hay un ladrón en Mahmudiye", se leía.
En esa ciudad el opositor CHP había recibido la mayoría de los votos en las elecciones comunales, y por pedido de la AKP se ordenaron nuevos comicios. Gökcek arremetió contra el manifestante desde el escenario. "Amigos de la policía, llévenselo", reclamó. Y dos agentes separaron al hombre de la multitud.
Por Carsten Hoffmann/DPA