Telefonía móvil, tecnología para estar cerca y lejos

CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando tenía menos de diez años, Josué Vladimir aprendió a divertirse con los juegos de mesa. Le gustaban, recordó, por qué podía jugar dentro de la casa.

Ahora, a sus 17 años, los puede encontrar a través de internet. Sin embargo prefiere seguirlos disfrutando físicamente, pues desde su perspectiva "puedes convivir con otras personas".

"Me gusta el turista mundial, la baraja y el dominó. Sin embargo he visto que mis compañeros se enajenan con muchos de estos juegos a través de su celular, no conviven y se alejan, están con nosotros pero jugando solos", señaló.

¿Hasta qué punto las nuevas tecnologías han cambiado nuestra conducta? Lucía Hefferan, profesora de Pedagogía de la Universidad Panamericana, enfatizó que la tecnología "se debe tomar como un medio y no como un fin".

"Si yo veo la tecnología como un fin para quitarme a mi hijo de encima, la estoy usando en mi contra. Sin embargo, también es un medio de convivencia cuando se usa adecuadamente.

"Los videojuegos sí desarrollan habilidades: despiertan la curiosidad de indagar, por ejemplo, pero en la parte específica de la familia, desgraciadamente, aunque podrían unirla, los padres no los usan así en la mayoría de los casos", afirmó en entrevista con Excélsior.

Hefferan explicó que el juego por naturaleza siempre ha sido visto para el disfrute de los participantes y la unión, pues "primero, por ser juego, te relaja, conoces a tus hijos a través de él y ellos a ti en otro sentido, pues te pones a su altura".

"Los juegos favorecen la comunicación en la familia y crean lazos más cercanos, siempre y cuando todos estén interactuando", dijo.

Cuando el juego es individual y en solitario, se genera un aislamiento que incluso puede provocar una adicción, lo cual no favorece la comunicación con los demás ni los lazos emocionales.

"No hay que olvidarnos de los juegos tradicionales de mesa o al aire libre que siguen siendo atractivos de forma presencial, pues el medio electrónico, por más vivencial que se quiera, es a través de una pantalla. Sí, te encantan las aplicaciones que sean, en la medida de lo posible, con las que puedas convivir o aquellas que implican movimiento (Wii o Kinect) para favorecer la interacción", detalló la académica.

Actualmente existen una serie de aplicaciones que no requieren de la presencia física de otro jugador. Se ven escenas de personas, que estando sentadas codo a codo, no se dirigen la palabra, pues se comunican entre ellos a través de internet o sus teléfonos celulares.

"Es como jugar aislado, aunque estás contra un contrincante daría lo mismo si fuera una máquina. Cuando juegas de manera presencial puede haber abrazos, miradas, sonrisas, caras de enojo y es un reconocimiento de emociones que se dan a través del juego y que favorecen la interacción. El contacto físico es una parte importante para el desarrollo integral del ser humano: necesitamos ser tocados. A través de un teléfono no hay tal contacto y puede deteriorar la relación.

"Esto es diferente cuando la otra persona se va a vivir a otro país, por ejemplo, y mantiene la comunicación a través de estos medios electrónicos. Las circunstancias son distintas. Sin embargo, bajo un mismo techo, padres e hijos requieren afecto, regular emociones y son habilidades para la vida, no sólo para el juego", destacó la pedagoga.

La recomendación

La recomendación de Lucía Hefferan, profesora de Pedagogía de la Universidad Panamericana, es no abusar de las nuevas tecnologías y crear espacios de convivencia cara a cara para no perder esta relación física y emocional con los otros.

"Hay que usarlas como un medio para fines de trascendencia, como el estudio, y tener un equilibrio de actividades en el día, desde sociales, de recreación, deportivas y artísticas, entre otras. No por estar en la computadora perder una reunión familiar, con amigos, novia (o) o padres: que el uso de la tecnología no intervenga en tus otras esferas.

"La tecnología tiene grandes ventajas, pero en su justo medio. No hay que descuidar lo humano, pues a veces una palabra no te dice nada y una abrazo lo dice todo."