"Plot for Peace", la historia secreta sobre la liberación de Mandela
COMPARTIR
TEMAS
Para Agulló, quizá el mensaje de "Plot for Peace" es transmitir, sobre todo a las generaciones más jóvenes, que "hay margen de acción para el individuo".
Madrid, España.- A mediados de los 80, la violencia estalló en los guetos de una Sudáfrica fracturada por el apartheid. Desde entonces hasta la liberación del líder activista Nelson Mandela se suceden una serie de hitos aparentemente inconexos, con la Guerra Fría como telón de fondo y un misterioso "monsier Jacques" como hilo conductor.
El documental "Plot for Peace", que el viernes se estrena en las salas de cine españolas, rescata la historia jamás contada de este singular empresario francés llamado Jean-Yves Ollivier: un hombre que, totalmente solo, se sirvió de sus contactos políticos para sembrar la confianza en un diálogo de paz regional. Y, con ello, consiguió poner fin a los 27 años de prisión que sufrió "Madiba".
"Me crié en Argel y conozco el drama que supone que dos comunidades vivan separadas la una de la otra y se odien", cuenta Ollivier en una entrevista con dpa en Madrid. En su juventud, él apoyó a los ciudadanos de origen francés durante la Guerra de la Independencia de Argelia y se vio obligado a abandonar el país junto con su familia al término del conflicto. Años después, cuando viajó por primera vez a Sudáfrica, comprendió que allí acabaría ocurriendo lo mismo si la población blanca no daba su brazo a torcer.
"Cuando llegué a Sudáfrica, ningún blanco había puesto un pie en Soweto, que está a apenas seis kilómetros de Johannesburgo", explica. "Era como en una de esas películas de terror del Hollywood de los 50 en la que la gente vive su vida normal sin darse cuenta de que están rodeados por una nube tóxica que acabará devorándolos". Así, convencido de que el diálogo era la única vía para acabar con el régimen del apartheid, comenzó a tejer una red de comunicaciones altamente secreta.
El joven cineasta español Carlos Agulló -ayudante de Alejandro Amenábar en el montaje de "Mar adentro"- debuta con este documental, que avanza a ritmo de thriller político por el complicado rompecabezas del sur de Africa. Desde el intercambio de prisioneros entre seis países en guerra a la retirada de Angola de las tropas sudafricanas y los 50,000 soldados enviados por Fidel Castro o el protocolo de Brazzaville (1988) para la paz sobre el Africa austral, en todos estuvo implicado el misterioso "monsieur Jacques".
"Yo no hice lo que hice con la intención de contarlo, lo hice porque debía y siempre pensé que moriría con mi historia", señala Ollivier sobre los motivos de su largo anonimato. Por eso, la primera vez que la productora y codirectora Mandy Jacobson lo contactó, rechazó el proyecto. Si finalmente accedió fue porque sus amigos -y coprotagonistas- lo animaron y porque muchos de ellos, debido a su avanzada edad, no habrían podido esperar. "Si lo hubiéramos hecho tres o cuatro años antes, habríamos podido contar con Mandela", apunta.
Para Agulló, que se enfrentó a "Plot for Peace" desde la humildad del novato en la historia de Sudáfrica, el reto era conseguir "esa delgada línea" entre la reconstrucción histórica y la aventura heroica. Y lo logra envolviendo la figura de Ollivier en un halo de secretismo que se va revelando a medida que avanzan las entrevistas con ex jefes de Estado como el sudafricano Thabo Mbeki o el mozambiqueño Joachim Chissano, el ex ministro de Asuntos Exteriores del apartheid "Pik" Botha, la activista Winnie Mandela o el brazo derecho de Castro en Africa, Jorge Risquet.
Para Agulló, quizá el mensaje de "Plot for Peace" es transmitir, sobre todo a las generaciones más jóvenes, que "hay margen de acción para el individuo". Hoy en día, las redes sociales demuestran que la iniciativa personal puede movilizar a millones de personas y, aunque la película no pretenda ser la solución a los conflictos actuales, "sí busca estimular el debate", añade el cineasta. Según Ollivier, "Plot for Peace" pone de manifiesto lo importante que es el diálogo, que las personas se escuchen y hablen cara a cara.
"Mandela tuvo un sueño, igual que Martin Luther King, y se irá de este mundo sin verlo hecho realidad", afirma Ollivier sobre la situación de Sudáfrica en la actualidad, donde aún se siente la huella de su doloroso pasado. "Por eso, es nuestro deber continuar con ese sueño, que se lleve a cabo." Y en ese camino, recuerda lo esencial de su historia: es la prueba de que "nada es imposible".
Por Elena Box/DPA