Párroco alemán predica sobre sexo e invita a la libertad sexual
COMPARTIR
TEMAS
Los fieles que lo escucharon quedaron muy satisfechos: "La prédica fue muy impresionante y osada, gráfica y directa", dijo una de las asistentes.
Berlín, Alemania.- Aunque decepcionó las expectativas que había creado al anunciar que en su prédica hablaría de "follar y echar un polvo" con el vocabulario sexual más crudo, el párroco alemán Ralf Schmidt pudo llevar a cabo la "celebración erótica" e invitó a sus fieles a practicar una sexualidad libre.
El cura de Wiesbaden, que congregó a unas 200 personas en su mayoría gente entrada en años, empezó su prédica del domingo diciendo que probablemente "decepcionaría" a su auditorio, entre quienes había varias cámaras de televisión y equipos periodísticos, informa hoy el diario "Frankfurter Rundschau", y así fue que no pudieron escucharse las "palabras procaces" que había anunciado ni verse escenas subidas de tono en su homilía.
Eso no le impidió presentar un sermón centrado en el sexo y alentar a su auditorio a ejercerlo. "No hay vida sin erotismo", dijo Schmidt. "Prueben el sabor de los otros, mírense, siéntanse mutuamente", animó a los fieles durante la misa. En la iglesia se escuchó el tema "Love me Tender", que hizo famoso Elvis Presley.
"Mi trasero, mis manos, mi lengua, mi pene, los lóbulos de mis orejas son sitios donde se encuentra el deseo. De este modo debemos gozar lo que Dios nos dio si ya no estamos en al paraíso. Porque el amor viene de Dios y no del Diablo".
Tras anunciar durante la semana anterior que hablaría sobre sexo de forma desinibida, ahora el párroco admitió que el erotismo y la sexualidad sólo pueden incluirse en una prédica de modo limitado.
"Saqué de la homilía todas las palabras procaces, durante toda la semana pudo leérselas en los medios que me citaron, así que no había necesidad de repetirlas en el sermón", explicó.
Schmidt temió que los medios pudieran dar una versión distorsionada de sus palabras y sus ideas y molestar a la comunidad de fieles que lo escuchó, por lo que prefirió suavizar su homilía.
Los fieles que lo escucharon quedaron muy satisfechos: "La prédica fue muy impresionante y osada, gráfica y directa", dijo una de las asistentes, la sexagenaria Marie-Luise Reichel, quien agregó que si no le hubiera gustado lo que escuchaba habría abandonado la iglesia.