Mymuesli, la próxima revolución industrial
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El asesor científico de Angela Merkel, Wolfhang Wahlster, habla sobre las oportunidades que ofrecen las fábricas ciberfísicas, detalla El País
Mymuesli es una empresa online que permite realizar más de 566 mil combinaciones con tan solo 18 ingredientes. Se trata de pedidos que se pueden imprimir en una fábrica, haciendo que el producto solicite a cada expendedora de comida cosas diferentes. "Va de Internet al paquete de manera personalizada".
La llamada fábrica inteligente pertenece a Wolfgang Wahlster, asesor científico de la canciller alemana Angela Merkel y director del Centro de investigación alemán de inteligencia artificial, y explica que se trata de una ejemplificación de lo que sería una cuarta revolución industrial que sea capaz de impulsar al país.
Wahlster, en conjunto con el Gobierno vasco, tiene como objetivo que la industria regrese al 25% del PIB.
Trabajadores, directores y científicos de Tecnalia, IK4 oIbermática, ya cuentan con impresoras 3D, aparatos de realidad aumentada, conceptos de Big-Data y sistemas ciberfísicos.
En muchas de estas plantas ya no se ven ordenadores, todo comienza a vislumbrarse como un mundo futurista que se resume en hardware y sensores personalizados para cada tarea y máquina. Los fallos pueden solucionarse de manera automática después de que se da la orden.
Los productos inteligentes cuentan con un gemelo digital en el cual se almacena toda la información de sus memorias. Así es como nace una fábrica de colonias que es capaz de realizar 36 mil perfumes al día, cada uno con un olor diferente y botellas personalizadas. También se habla de una fábrica de muebles que, a través de 560 componentes, hace 14 millones de variantes cocinas distintas.
Ya no se habla de producción en cadena, cada objeto es único y nunca se repite. Podría ser un reflejo de modernidad, o casi un futuro distópico.
"Las personas todavía deben ser el foco. Los robots no sustituyen a los trabajadores, sino que trabajan junto a ellos", señala Wahlster.
"Tendremos trabajadores más entrenados en la fábrica, ingenieros formados específicamente o gente que maneje exoesqueletos".
Se apela que con las fábricas inteligentes, los trabajadores solo sean sustituidos con "un robot de emergencia" cuando alguien cogiera una baja o se fuera de vacaciones. No habrá empleado sustituto, ni se les despedirá.
La idea supone que los trabajadores también podrían trabajar mucho más allá de su vejez. "El envejecimiento de la sociedad es uno de nuestros problemas. Esto abre la oportunidad una jubilación más tardía".
Se cree que esta idea puede dar solución a la falta de trabajadores especializados, la variabilidad de la producción, la personalización masiva o la volatilidad de los mercados.
"La empresa inteligente se adapta constantemente. En cada producto, crea un material personalizado".
Por Mundo Ejecutivo con información de El País