Murió Hugo Midón, referente del teatro para niños en Argentina
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A partir del estreno en 1970 de "La vuelta manzana", Midón cumplió una trayectoria que significó una revolución copernicana para el espectáculo infantil.
Buenos Aires, Argentina.- El autor y director teatral argentino Hugo Midón, innovador del teatro para niños y maestro de varias generaciones de actores, murió hoy en Buenos Aires a los 67 años, a causa de un tumor cerebral que lo mantuvo alejado de los escenarios desde mediados de 2009.
A partir del estreno en 1970 de "La vuelta manzana", Midón cumplió una trayectoria que significó una revolución copernicana para el espectáculo infantil, sumergido hasta entonces en la recreación edulcorada de los cuentos tradicionales o la simpleza de propuestas elementales que imitaban el juego infantil con un poco de color y música pegadiza.
Humor irreverente, una visión crítica de las condiciones de vida de la infancia -y del mundo adulto en el que crecen los niños-, excelencia actoral y un equipo de colaboradores destacados caracterizaron puestas en escena como "El Imaginario", "Vivitos y coleando", "Derechos torcidos" y "La trup sin fin", un popurrí de muchas de las obras anteriores estrenado en 2008 en el Teatro Nacional Cervantes. Algunas de sus obras salieron de gira por España.
También dirigió en el Teatro Colón las óperas "Socorro, socorro, los Globolinks", de Giancarlo Menotti, y "Hansel y Gretel", de Engelbert Humperdinck y llevó "Vivitos y Coleando" a la televisión.
A la vez que renovaba el teatro para niños, Midón sentó las bases para el desarrollo de la comedia musical en Argentina, tanto a través de sus puestas en escena como por su escuela de formación de actores, de la que surgieron muchos de los protagonistas actuales de la escena porteña.
Diego Reinhold, Andrea Tenuta, Favio Posca, Ana María Cores, Omar Calicchio, Roberto Catarineu y Gustavo Monje fueron algunos de los actores que se lucieron en las obras de Midón, muchos de ellos surgidos de su escuela o promovidos por primera vez a papeles protagónicos por él. La constante búsqueda de la excelencia pasaba también por las escenografías y los vestuarios de Renata Schussheim y Mónica Toschi y la música de Carlos Gianni, con quien formó una dupla creativa desde el comienzo hasta el fin de su vida artística.
Midón solía citar una frase del titiritero Ariel Bufano, el otro gran referente en Argentina de un teatro para chicos que elude las fórmulas aniñadas: "No hay rosas para niños y rosas para adultos." Sólo cambia la mirada, agregaba.
Así, en los años 80, trazó en "Narices", a través del lenguaje de los clowns, un puente entre adultos y niños para contar de forma poética la alegría de volver a vivir en libertad, tras la última dictadura militar que acababa de terminar al momento del estreno de esta obra y sobre la que había reinado un obligado silencio entre padres e hijos durante su extensa vigencia.
Los clowns -o los personajes de rasgos clownescos- se transformaron a partir de allí en protagonistas privilegiados de las obras de Midón, por la universalidad de su llegada a público de edades diversas, su capacidad de aunar el humor con la observación aguda y la actitud irreverente que pone en evidencia el sinsentido de muchos lugares comunes.
Midón fue galardonado con numerosos premios teatrales y en su homenaje se crearon el año pasado los Premios Hugo, que distinguen lo mejor de la comedia musical en Buenos Aires.