México moderniza su sector energético con trascendental reforma
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La iniciativa es considerada la madre de las reformas que promovió el gobierno de Enrique Peña Nieto.
México, D.F..- La participación de empresas privadas en exploración y extracción de hidrocarburos en México se hará realidad con la concreción de la reforma energética, que transforma de manera trascendental el sector y acaba con los monopolios públicos, un hecho elogiado a nivel internacional pero que la izquierda mexicana no ve con buenos ojos.
La iniciativa es considerada la madre de las reformas que promovió el gobierno de Enrique Peña Nieto en su primer año de gestión para "transformar México" y se cree que será un importante motor de crecimiento económico para el país.
La captación adicional de unos 10,000 millones de dólares en inversiones extrajeras; la creación de millones de empleos; un incremento en el crecimiento económico de uno por ciento más en 2018 y aproximadamente de dos por ciento más para 2025, así como la reducción en las tarifas en materia energética son las más importantes promesas de la reforma.
El diputado del conservador Partido Acción Nacional (PAN) Mario Sánchez Ruiz considera que el beneficio central de la reforma y sus leyes secundarias es que elimina el carácter monopólico del sector energético, concentrado actualmente en Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para abrirlo a la competencia y a la inversión privada.
"Todo el petróleo y el gas seguirán siendo de la Nación y se permitirá la participación privada en exploración, extracción, refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento", señaló.
México es el décimo productor mundial de crudo, no obstante en los últimos años su producción ha caído de un récord de 3,38 millones de barriles diarios en 2004 a unos 2.5 millones de barriles en la actualidad.
Este aspecto, así como la poca inversión que se ha hecho a la infraestructura energética mantenía a México con una deuda en el sector.
Desde que fueron nacionalizados los hidrocarburos en 1938 el sector fue considerado un símbolo nacional en México y este aspecto que se convirtió en la principal arma de la izquierda para rechazar reformas en este ámbito.
"La reforma es un proyecto privatizador, que permite la inversión privada sin límite en todas las áreas del sector energético y de los hidrocarburos en México", consideró el senador Miguel Barbosa, del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) .
Otro aspecto que la oposición ha rechazado de la reforma es el hecho que avala la ocupación temporal de tierras privadas o comunales para la explotación de petróleo, gas, proyectos eólicos y minas, otorgando a los afectados pagos por renta y por utilidades de los hidrocarburos que se extraigan.
"Peña Nieto traicionó a su población, a sus campesinos, a sus comunitarios, a la propiedad privada de este país, los traicionó porque así lo exigen las petroleras transnacionales", dijo el senador del Partido del Trabajo Manuel Bartlett Díaz, en uno de los acalorados debates que se realizaron en el Congreso para debatir las 21 leyes secundarias que reglamentan la reforma energética.
La izquierda también se ha manifestado en desacuerdo por la transformación que tendrán Pemex y CFE, que ganarán autonomía de gestión y presupuestaria. Con la reforma además el gobierno federal asumirá parte del pasivo laboral de estas compañías, así como de la obligación de pensiones y jubilaciones de empleados.
Sobre los cambios que se harán a Pemex y CFE, la analista del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) Miriam Grunstein consideró que lo que está por analizar no es qué se va a hacer sino los problemas que dejaron el pasivo laboral de estas dos compañías.
"¿A dónde se fueron los recursos de las empresas, hubo falta de transparencia de los recursos y los sindicatos? Sería preocupante que el contribuyente asuma el pasivo y a futuro sigan los mismos patrones que hasta ahora han gobernado las empresas", señaló.
Las diferencias con la izquierda en torno a la reforma energética fue el detonante de la separación del PRD a finales del año pasado del Pacto por México, acuerdo que concretó Peña Nieto al inicio de su gobierno con los principales partidos para sacar adelante reformas como la educativa, de telecomunicaciones y competencia económica, fiscal y financiera.
Algunos analistas consideran que un tema pendiente en el paquete de reformas que ha promovido Peña Nieto para montar los cimientos de su administración ha sido cómo combatir la corrupción.
"La corrupción es el problema fundamental. ¿Por qué en vez de haber puesto toda la energía en privatizar al menos parcialmente el petróleo mexicano no se puso esa misma energía en acabar con la corrupción?", se cuestionó el historiador Lorenzo Meyer en una reciente entrevista con MVS Radio.
"Una empresa pública que no esté bajo el asedio cotidiano de la corrupción yo creo que puede ser mucho más productiva que la privatización, donde por principio aunque se haga perfecto, una parte de la renta petrolera se va a tener que ir a bolsillos privados y esos bolsillos están en otra parte", agregó
Partidos como el PRD y el MORENA del líder de izquierda Andrés Manuel López Obrador han anunciado que su lucha en contra de la iniciativa energética continuará en las calles, donde buscarán apoyo para que una consulta popular revierta la reforma, elogiada en distintos gobiernos y organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por Sandra Parra/DPA