México: Los Zetas eligen sus víctimas al azar

México.- El diálogo es tan crudo como claro. En él, un miembro del Cártel del Milenio -desde fines de 2011, al servicio de Los Zetas- deja entrever las complejas estructuras por las que se rigen estas bandas, al tiempo que da cuenta del salvajismo al que llegan sus crímenes.

Juan Carlos Antonio Mercado, alias "El Chato" o "El R8", fue interrogado por la policía tras ser capturado por su presunta participación en el crimen de 18 personas el 9 de mayo, cuyos cuerpos fueron hallados mutilados dentro de dos camionetas en Ixtlahuácal de los Membrillos, un pequeño municipio entre Guadalajara, capital de Jalisco, y Chapala.

El hombre negó su implicación directa con esa masacre, pero reconoció ser responsable del secuestro de 12 personas que, apenas un día antes, lograron escapar de una finca en Tala que funcionaba como el lugar de su cautiverio. "El Chato" confesó que había recibido la orden de torturarlos, para luego matarlos y dejar sus cuerpos al día siguiente en una zona céntrica de Guadalajara.

¿Quiénes eran sus víctimas? No lo sabía. "Eran escogidas al azar, eran inocentes", admitió al ser consultado por las autoridades. Según dijo, recibió una orden de un presunto Zeta llamado Fernando, y conocido como "R2", con el nombre de las personas. Él se encargó de secuestrar a seis personas, mientras que su jefe capturó al resto.

Mercado indicó que "R2" responde a una célula superior de ese cártel, que sería la responsable de la matanza de Ixtlahuácal de los Membrillos.

Las cada vez más frecuentes masacres masivas en distintos puntos de México suelen ser interpretadas por las autoridades como ajustes de cuentas entre los grupos que se disputan el control de las rutas del narcotráfico. Pero el método aleatorio que "R8" describió como una práctica para "levantar" a las personas pone en evidencia que la explicación va más allá.   

Preguntado sobre el objetivo de asesinar inocentes para arrojar sus cadáveres en la vía pública, el sospechoso contestó que era "dar un mensaje" para atemorizar a la población, al Gobierno y a sus rivales.

"Se quiere aterrorizar al grupo enemigo", explicó la semana pasada a Infobae América la doctora Feggy Ostrosky, una de las pocas especialistas en perfiles de asesinos en México, al comentar los fines de estos crímenes. "Entre más se muestre que son capaces de decapitar o ese tipo de prácticas, más claro queda que son capaces de cosas terribles. Son las estratégicas que funcionan en este tipo de guerras", añadió.

No es esta la primera vez que se sabe de una matanza contra inocentes. En Agosto de 2010, el homicidio de 72 migrantes en Tamaulipas conmocionó a la región. Las víctimas no estaban vinculadas al crimen organizado. Sin embargo, y aunque la matanza nunca se esclareció por completo, las autoridades apuntaron que la razón sería la negativa de ellos a actuar como traficantes.     

Mercado, según reportó el sitio Milenio.com, señaló que recibía una paga mensual de 7.500 pesos (alrededor de 600 dólares) para trabajar para Los Zetas. Tenía a cargo siete personas, de las que ya han sido capturadas seis.