¿Merece la ex mujer de Dutroux una segunda oportunidad?
COMPARTIR
TEMAS
En teoría, Michelle Martin podrá salir de prisión de inmediato.
Bruselas, Bélgica.- Es una de las mujeres más odiadas de Bélgica. Michelle Martin, ex esposa del asesino Marc Dutroux, es descrita en foros de Internet como una "bruja" que ayudó a su marido a atraer a sus víctimas y dejó morir a dos niñas.
La Justicia belga determinó hoy que podrá salir pronto de la cárcel después de cumplir 16 de los 30 años de condena. Pero, ¿merece una segunda oportunidad? ¿Son suficientes los años pasados tras las rejas para expiar su culpa?
Los jueces respondieron "sí" a esta pregunta y Martin, de 52 años, podrá salir próximamente en libertad. Pero los familiares de las pequeñas tienen otra opinión. "Dejamos libre a un monstruo", considera Jean-Denis Lejeune, el padre de una de las niñas asesinadas. "Esa mujer es responsable de lo peor", agrega.
Su hija de ocho años, Julie, falleció en 1996 en el sótano de los Dutroux junto a Melissa Russo, de la misma edad. Michelle Martin las dejó morir de hambre.
También otros muchos belgas están indignados. El nombre de Martin se asocia con el "caso Dutroux", con las cuatro niñas brutalmente asesinadas, con el trauma colectivo del país. La oponión pública quedó traumatizada en 1996 no sólo por los inconcebibles crímenes, sino también por los fallos policiales durante la investigación.
Ahora muchos se preguntan qué tipo de justicia deja en libertad a una criminal que nunca se arrepintió de sus actos. Que nunca describió los detalles de la muerte de las niñas ni pagó ningún tipo de indemnización a sus familias. "Vuelve a haber un signo de interrogación tras la palabra 'justicia'", afirmó el abogado de las víctimas Georges-Henri Beauthier. Cerca de 5.000 personas salieron a calles en protesta contra la previsible decisión judicial.
Martin, una pálida profesora de aspecto discreto, fue la principal cómplice de su marido, de quien después se separó. Confesó haberle ayudado durante años a secuestrar a las niñas, pues era ella quien conducía el coche cuando él las raptaba.
Pero también se presentó como una víctima, que estaba sometida a Dutroux y sólo le ayudaba por miedo, aunque no todos la creyeron. "Nunca dijo la verdad", apuntó el abogado Beauthier. "Hace 16 años que las víctimas esperan saber que papel jugó ella en todo este horrible asunto".
En teoría, Michelle Martin podrá salir de prisión de inmediato. En su solicitud de puesta en libertad anticipada, la ex mujer del asesino aseguró que durante su estancia en prisión encontró a dios y que pretende recluirse en un monasterio, aunque no será ordenada monja. En 1996, cuando fue detenida, dijo a los investigadores que su marido Dutroux era "su dios".
Las monjas clarisas de Malonne, cerca de la ciudad belga de Namur, sí creen a Martin. "La señora M. es un ser humano, capaz de lo peor y lo mejor, como todos nosotros", escribió la abadesa en un comunicado. En 2011, un monasterio francés retiró su promesa inicial de acoger a Martin.
Aunque quede en libertad, la vida de Michelle Martin tendrá sus limitaciones. Durante diez años deberá cumplir una docena de condiciones y permanecerá bajo estrecha vigilancia. Así, tendrá que vivir siempre en la dirección que aporte, continuar con la psicoterapia y no podrá tener contacto con las familias de las víctimas.
Tampoco el monasterio la acogerá sin más. Como es habitual, tendrá que ayudar en el trabajo de la comunidad y destinar 20 horas semanales a las labores de la cocina, limpieza y jardinería. "Según el derecho belga y europeo eso es trabajo en negro", se queja Beauthier, que se plantea reclamar que se le confisque el salario que perciba.
El alcalde de Namur, Maxime Prévot, teme además por la seguridad de la orden de clarisas. "Está claro que habrá reacciones", declaró. Por ello, la policía vigilará el edificio. Muchos creen que también podría producirse una oleada de apostasía.
Pero sobre todo planea el temor de que también pueda salir en libertad de forma anticipada el propio Dutroux, que cumple cadena perpetua. El gobierno anunció sin embargo que en el futuro, en los casos especialmente graves sólo se concederá la libertad condicional después de cumplir tres cuartas partes de la condena, en lugar de los dos tercios actuales.
Para Jean-Denis Lejeune no es suficiente, pues seguirá siendo posible que Dutroux quede en libertad. "Esa es la razón por la que sigo luchando", escribió en su perfil de facebook. Más de 2.400 personas dieron al botón de "me gusta".