Los poderosos viven de las guerras, no quieren la paz: Papa
COMPARTIR
TEMAS
En una reunión con niños deja su discurso para contestar preguntas.
Ciudad del Vaticano.- El Papa expresó ayer que los poderosos no quieren la paz porque la mayoría de ellos viven de la guerra y hacen negocios con las ventas de armas.
Francisco recibió alrededor de 7 mil estudiantes de la asociación Fábrica de la Paz, en una audiencia en el Aula Pablo VI del Vaticano y se salió nuevamente del protocolo al interrumpir su discurso para contestar varias preguntas que le plantearon.
¿Por qué muchas personas potentes no quieren la paz? Porque viven de las guerras, ¡la industria de las armas es grave!. Los potentes se ganan la vida fabricando armas y venden estas armas a éste o a aquel país: es la industria de la muerte (...) obtienen ganancias, lamentó el obispo de Roma.
Ustedes saben que la codicia nos hace mucho daño, ese deseo de tener más, más dinero; y cuando vemos que todo gira alrededor del dinero, que el sistema económico gira alrededor del dinero y no alrededor de la persona, del hombre y de la mujer, se sacrifica mucho, y se hacen guerras para defender el dinero, apuntó.
El papa Francisco insistió que por esa razón mucha gente no quiere la paz, porque se gana más dinero con los conflictos bélicos aunque se pierden muchas cosas: las vidas, la cultura, la educación.
Reveló que un sacerdote anciano que conoció hace algunos años le decía que el diablo entra por las carteras, por la codicia.
Los niños y jóvenes recibieron al líder católico cantando la famosa canción We Are the World (Somos el mundo), muchos de ellos lo abrazaron, le pusieron una pulserita y le regalaron un casco de la paz.
El pontífice decidió abandonar su discurso preparado y respondió a 13 preguntas de los infantes sobre los más diversos temas, incluidos la violencia y las enfermedades.
Querido Papa, tengo nueve años y escucho siempre hablar de la paz, pero ¿qué es la paz?, señaló un menor en silla de ruedas.
El pontífice estableció que la paz no significa que no existan las guerras sino también donde hay alegría, amistad entre todos, que no niños hambrientos, enfermos que no tengan la posibilidad de ser ayudados en la salud. Hacer todo esto es hacer la paz, insistió.
Apuntó que la paz no es un producto industrial sino, más bien, artesanal porque se construye cada día. Entonces pidió a los presentes repetir a coro: Donde no hay justicia, no hay paz.
Uno de los estudiantes le preguntó al Papa si alguna vez se había peleado con su familia y él reconoció que sí, porque todos lo hemos hecho. E incluso aceptó que actualmente, siendo el líder de la iglesia, se ha llegado a enojar.
Me he peleado muchas veces, incluso ahora, me caliento un poco, pero siempre trato de hacer las paces, confesó.
¿No te gustaría estar más en paz?, le cuestionó otro de los niños. Francisco sostuvo que muchas veces quisiera un poco de tranquilidad y reposar un poco más.
Estar con la gente no te quita la paz. Lo que quita la paz es no quererse, los celos, la envidia, la avaricia, quitarle las cosas a los demás. Pero estar con la gente es hermoso. Cansa un poco, yo ya no soy ningún jovencito, pero no te quita la paz, apuntó ante los niños.