Llega el Papa al patriarcado maronita para un encuentro con jóvenes en Líbano
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El papa Benedicto XVI se reunió hoy con el presidente libanés, Michel Suleimán, y otros líderes políticos del país.
Bkerke, Líbano.- El papa Benedicto XVI llegó hoy a la sede del patriarcado maronita (cristiano de Oriente) en la localidad de Bkerke para participar en un encuentro con los jóvenes, en el segundo día de su visita al Líbano.
Según los organizadores, unos 20,000 jóvenes procedentes de todas partes del Líbano, pero también de otros lugares como Egipto, Chipre y los territorios palestinos, se concentran en la plaza del patriarcado.
Los asistentes, con banderas del Líbano y el Vaticano y con ramas de olivo, saludaron a su llegada a Benedicto XVI, que entró en la sede en papamóvil, según pudo constatar Efe.
Durante el encuentro, el pontífice tiene previsto pronunciar un discurso dirigido a los jóvenes en este encuentro titulado "Mi paz os la doy".
Joseph Ratzinger inicio ayer su visita en Beirut, la primera a este país en sus siete años de pontificado.
Esta mañana, se reunió con las autoridades políticas y los líderes religiosos de los dieciocho credos que conviven en el Líbano.
Tras esos encuentros, el papa defendió en una alocución la libertad religiosa como un derecho fundamental.
Defiende el Papa en el Líbano la libertad religiosa
El papa Benedicto XVI defendió hoy en Líbano la libertad religiosa como "un derecho fundamental", en un discurso ante los líderes políticos y religiosos del país, tras reunirse con ellos en el palacio presidencial de Baabda.
"Predicar y vivir libremente su propia religión sin poner en peligro la vida y la libertad debe ser posible para todos", dijo el sumo pontífice, que llegó ayer al Líbano en la primera visita, de tres días, a este país en sus siete años de pontificado.
En su opinión, "la libertad religiosa tiene una dimensión social y política indispensable para la paz. Promueve la coexistencia y una vida armoniosa por su compromiso común al servicio de las causas nobles. La búsqueda de la verdad no debe imponerse por la violencia, sino por la fuerza de la verdad, que es Dios".
Joseph Ratzinger ha viajado al Líbano en un momento de tensión en Oriente Medio por la crisis en Siria y las protestas contra un vídeo del profeta Mahoma, considerado blasfemo por los musulmanes.
"¿Por qué Dios escogió esta región? ¿Por qué vive en la tormenta? Me parece que es para que sirva de ejemplo y sea testigo ante la faz del mundo de la posibilidad de que el hombre pueda vivir su deseo de paz y reconciliación de modo concreto", indicó.
En ese sentido, consideró que "Líbano está llamado, hoy más que nunca, a ser un ejemplo", ya que en este país el cristianismo y el islam han convivido durante siglos.
En referencia a los Estados que se enfrentan a conflictos armados, desempleo, pobreza, corrupción y terrorismo, instó a "la solidaridad para apoyar las iniciativas que conducen a la unidad del pueblo por medios justos y honestos".
El papa, que terminó su alocución con un "salam aleikum" (que la paz sea con vosotros), abogó por una "sociedad plural, de mutuo respeto, convivencia, conocimiento del otro y diálogo continuo".
Por su parte, el presidente libanés subrayó en su discurso que en el Líbano todos se han puesto de acuerdo para evitar las repercusiones de lo que sucede en la región y preservar la estabilidad.
"La democracia no puede ser alcanzada en los países de la región, si los cristianos no participan en la vida política", advirtió Suleimán, quien manifestó el deseo del Líbano de que haya "reformas y derechos para las poblaciones de los países árabes, pero lejos del odio y la violencia".
Expresó la determinación de su país de atender a los refugiados sirios, instó a una "solución justa" del conflicto árabe-israelí y rechazó una vez más el asentamiento definitivo de los desplazados palestinos en territorio libanés porque "tienen derecho a regresar a sus hogares".
Dirigiéndose al papa, Suleimán afirmó que ha venido "como mensajero de la paz": "Somos conscientes de que su visita contribuirá a poner de relieve el papel del país (el Líbano) en el diálogo de las civilizaciones", aseguró.
Tras las entrevistas con las autoridades, Benedicto XVI tiene previsto almorzar con los patriarcas y obispos, así como con miembros de la Asamblea del Sínodo para Oriente Medio en el Refectorio del Patriarcado Católico Armenio de Bzommar, cerca de Beirut.
Después, se dirigirá a la sede del patriarcado maronita en Bkerke para celebrar un encuentro con los jóvenes a las 18:00 hora local (15:00 hora GMT), donde tiene previsto pronunciar un discurso.
Durante la jornada de ayer, el papa firmó la Exhortación Postsinodal (documento final) del Sínodo de Obispos para Oriente Medio y pidió la paz para la región.
Se reúne con los líderes políticos y religiosos del Líbano
El papa Benedicto XVI se reunió hoy con el presidente libanés, Michel Suleimán, y otros líderes políticos del país, además de los dirigentes de las dieciocho comunidades religiosas que conviven en el Líbano.
Los encuentros se celebraron en el palacio presidencial de Baabda, adonde llegó el sumo pontífice en el papamóvil y fue recibido por Suleimán, el único jefe de Estado cristiano en la región, y su esposa.
Tras saludarse y recibir la bendición papal, hubo un intercambio de regalos en el que el mandatario libanés obsequió al santo padre con el sello conmemorativo que se ha emitido con motivo de su histórica visita.
Después, se reunieron en privado en el interior del palacio y cuando terminaron salieron al jardín, donde plantaron "un cedro de la amistad", que es el árbol que simboliza al Líbano.
También se entrevistaron con el papa el presidente del Parlamento Nabih Berri (chií), que vino acompañado por su esposa, y al que más tarde se unió su familia; así como el primer ministro Nayib Mikati (suní), que le regaló una cruz de oro del siglo XVII. Todos ellos fueron recibidos por separado por Joseph Ratzinger.
Tras la cita con los políticos, el papa se reunió con los líderes religiosos, como el mufti de la República, el suní Mohamed Qabbani, el vicepresidente del Consejo Superior chií, jeque Abdel Amir Qabalán, el jeque Akl de la comunidad drusa, Naim Hasan, y el presidente del Consejo Alauita, jeque Asad Assi.
Al término de su encuentro, el mufti explicó a la prensa que entregó al sumo pontífice un memorándum de cinco páginas, en el que se pone de relieve la importancia que conceden las comunidades musulmanas a la presencia cristiana en el Líbano y Oriente Medio.
El religiosos suní destacó la necesidad de reforzar la solidaridad entre cristianos y musulmanes, y afirmó que los fieles de su credo consideran cualquier agresión contra una iglesia o un cristiano como si se tratara de un musulmán o una mezquita.
Benedicto XVI mantuvo también encuentros con dirigentes cristianos, como el patriarca maronita, monseñor Bechara Rai, el presidente del Consejo Pontifical para el Diálogo Interreligioso, Jean Louis Tauran, y el nuncio apostólico del Vaticano, monseñor Gabriele Giordano Caccia, entre otros.
Más tarde, recibió a los jefes de las misiones diplomáticas en el Líbano y con representantes del mundo de la cultura.
Al mediodía, el sumo pontífice almuerza este mediodía con los patriarcas y obispos del Líbano, así como con miembros de la Asamblea del Sínodo para Oriente Medio en el Refectorio del Patriarcado Católico Armenio de Bzommar, cerca de Beirut.
Después, se dirigirá a la sede del patriarcado maronita en Bkerke para celebrar un encuentro con los jóvenes a las 18.00 hora local (15.00 hora GMT), donde tiene previsto pronunciar un discurso.
Benedicto XVI llegó ayer al Líbano, donde firmó la Exhortación Postsinodal (documento final) del Sínodo de Obispos para Oriente Medio y pidió la paz para la región.