La queja número uno de tu esposo: No es la que tú piensas

Hay muchas opiniones negativas acerca del matrimonio. Es increíble cómo las personas pueden ser tan creativas con las dificultades de la vida en común. Nadie niega que la convivencia íntima tenga sus momentos de molestia, pero también es cierto que compartir el día con alguien que amas, respetas y admiras, causa gran satisfacción.

Protestas de los maridos

La psicoterapeuta, Dra. Harriet Lerner, después de numerosos estudios con parejas en los últimos años, explica que la queja número uno de los esposos es, nada más y nada menos, que las quejas continuas de sus esposas. Es tan así, que las quejas de las esposas se considera lo más molesto de las mujeres consideran más molesto, al grado que ese comportamiento se ha convertido en un chiste común desde hace mucho tiempo.

Una conversación con una amiga:

"Mi marido es romántico, siempre me sorprende con detalles, es cariñoso y gentil. Ya no lo aguanto más". Y el amigo le pregunta: "Pero ¿esto no es bueno?" Ella responde: "Es aburrido. ¡Nunca pelea!"

La queja: un callejón sin salida

Bromas aparte, lo cierto es que muchos maridos se sienten incómodos con la crítica y terminan alejándose de sus esposas, por no saber cómo manejar ese juicio constante. Muchos llegan al punto en que llegan a creer que no son admirados por sus esposas, ya que solo reciben quejas de ellas. Esta situación a menudo cae en un callejón sin salida, cuando la mujer dice, con éstas u otras palabras: "Si quieres que deje de quejarme, entonces haz bien las cosas." Duro, ¿no es así? El matrimonio empieza a caminar por una calle que se llama: "O cambias, o se acaba nuestro matrimonio."

La importancia de respetar perspectivas diferentes

El matrimonio no habría muerto si la pareja hubiera comprendido los puntos de vista de cada uno. El hombre tiene una terrible sensación de estar siempre criticado y no tener la admiración de su esposa. Por el contrario, la mujer también se siente mal por no sentirse comprendida y atendida en sus necesidades. Cuando aprendemos a respetar diferentes puntos de vista, nuevas posibilidades surgen y se hace más fácil de entender las actitudes de la otra. Este aprendizaje, especialmente en el matrimonio, es una gran ganancia.

El poder de la admiración

Si tú te quejas mucho de tu pareja, y con franqueza te has dado cuenta de que esto está afectando tu matrimonio, te invito a que cortes el ciclo de dolor de inmediato. No es tan complicado: pluma y papel en mano, escribe todo lo que admiras de tu esposo en sus diferentes facetas: como ser humano, hombre, padre, hijo. Hazlo, y luego regresas a seguir leyendo lo que sigue...

Luego de leer en voz alta esa (¿sorprendente?) lista, te darás cuenta de que has pasado por alto muchas cosas muy buenas de tu pareja. Este es un gran ejercicio. Pero no te puedes quedar allí. Tienes que ir más lejos; como escribí en el artículo de La maravilla y el poder de amar: Sentir admiración no es suficiente: se debe demostrar dicha admiración.

Precauciones a tomar

La gente suele hablar mucho, pero rara vez hablan con el fin de ser entendido. Quejarse, criticar y despreciar no son formas inteligentes para comunicarse, porque éstas no promueven el entendimiento, sino el dolor. Te cuidado de nunca caer en la crítica destructiva, sino que tu crítica sea siempre clara y constructiva, una que le edifique, y le anime a hacer las cosas mejor. Esto hará que su esposo se sienta agradecido y feliz por conocerte y ser parte de tu vida.

Es importante pensar que las quejas y los callejones sin salida, solo alimentan los conflictos y transforman cualquier relación en un algo desagradablemente complicado. Por lo mismo, te invito a que prestes atención a tus propias actitudes, para que cuides de que tu esposo nunca se sienta acorralado. Es que no pocas veces actuamos sin pensar y, sin siquiera proponérnoslo, causamos sentimientos heridos que podrían evitarse fácilmente.

Por Suely Buriasco