La Iglesia también debe ocuparse de asuntos terrenales: Rivera

CIUDAD DE MÉXICO.-  Ante situaciones de injusticias que se deben combatir o de justicia que se deben restaurar, la Iglesia no puede permanecer al margen porque el Evangelio señala que se  debe ocupar no sólo de asuntos espirituales, sino también terrenales, afirmó el cardenal Norberto Rivera Carrera.

Al oficiar su homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el también arzobispo primado de México reiteró que el Evangelio es claro al referir que la Iglesia no debe ocuparse sólo de las cosas del cielo, sino también de las de la tierra.

El jerarca católico expuso que entre evangelización y promoción humana hay vínculos muy fuertes relacionados con el desarrollo y la liberación del ser humano, ya que éste no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos.

Cuando se reflexiona acerca de las causas, miserias y desórdenes humanos, la Biblia de inmediato señala como causa responsable el pecado, pero este concepto en apariencia simple cuando se traslada a las ciencias sociales, implica reconocer los males concretos, dijo.

Rivera Carrera precisó en ese sentido que los males que aflijen la convivencia humana son efecto de la injusta distribución de los bienes y servicios.

Además de la falta de oportunidades y de educación, de la continua violación de los derechos humanos y de la explotación de los más débiles, tanto en el ámbito individual como en el de las

naciones, agregó.

De todo eso, que los cristianos engloban con el concepto de pecado, es de lo que Jesucristo vino a salvar al hombre y a anunciar su redención.

Por ello, explicó que el mensaje evangélico de la Iglesia ofrece una fuerza liberadora y promotora del desarrollo, ayuda a reconocer la dignidad de cada persona, y dispone a la solidaridad y al compromiso al servicio de los demás.

Eso es lo que significa luchar contra el pecado y los males que provoca, tanto en el terreno espiritual como en el terrenal, recalcó el líder religioso.

Durante la homilía, se recordó en particular a San Felipe de Jesús, primer santo mexicano, cuyo día se celebra este domingo.