La herencia de Tiananmen 24 años después
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Aquel día de hace 24 años, el Ejército Popular de Liberación chino cargó brutalmente contra los estudiantes que reclamaban libertad.
Pekín, China.- Qi Ziyong no se cansa de recordar la masacre ocurrida en Pekín el 4 de junio de 1989. Él mismo resulto gravemente herido y perdió una pierna. "Mientras viva y tenga la oportunidad, quiero contar al mundo la verdad sobre la masacre de Tiananmen", afirma en entrevista con dpa.
Aquel día de hace 24 años, el Ejército Popular de Liberación chino cargó brutalmente contra los estudiantes que reclamaban libertad y democracia en la plaza del centro de Pekín.
Pero Qi paga un alto precio por su valor al recordar lo ocurrido: es vigilado, intimidado y maltratado por la policía. Desde mediados de la semana pasada, tanto él como otros activistas están bajo arresto domiciliario ante la cercanía del aniversario. "No tengo libertad", se lamenta Qi en un correo electrónico que todavía le está permitido enviar.
Tanto él como las familias de otras víctimas de la masacre reclaman una revisión histórica justa de este oscuro capítulo de la historia china. La asociación "Madres de Tiananmen", como se las conoce popularmente, lamenta en una carta abierta que los nuevos líderes chinos hayan frustrado la esperanza de que se produjesen reformas políticas.
Al contrario, el Partido Comunista dio "grandes pasos hacia atrás en dirección a la ortodoxia maoísta" con el nuevo presidente, Xi Jinping, lamentan los 123 firmantes de la carta. Las familias lograron documentar al menos 202 muertes, aunque recuerdan que tras la masacre la Cruz Roja china llegó a hablar de entre 2,600 y 3,000 fallecidos.
Los servicios de seguridad chinos intentan ocultar la verdad de lo ocurrido entonces a base de mano dura. Y a punto estuvieron de silenciar también a Qi Zhinyong. El activista se retiró a un segundo plano durante dos años debido a las amenazas y por miedo a que su familia se viese afectada. A finales de 2010 fue encarcelado, una experiencia de la que habló por primera vez en entrevista con dpa, antes de volver a ser sometido a arresto domiciliario.
"Me cubrieron la cabeza con una capucha negra", recordó. Sus captores le quitaron sus muletas y le ataron las manos a la espalda. Y un lujoso jeep le llevó a su "prisión", una gran habitación luminosa de 15 metros cuadrados. "Eres un lisiado, un idiota", le insultaron. Sus vigilantes no se identificaron ni le mostraron ningún documento, aunque afirmaban que su secuestro estaba justificado.
"Lo sabemos todo sobre tí", le aseguraron durante el interrogatorio. "Sabemos cuál es tu pueblo natal, conocemos a todos tus familiares, sabemos dónde trabaja tu mujer, cómo va al trabajo y qué trayecto de autobús hace", le amenazaron.
Para Qi, su detención fue una reacción a la entrega ese año del Premio Nobel de la Paz al encarcelado activista chino Liu Xiaobo. En un comunicado emitido por su mujer, Liu dedicó el premio a Qi y otras víctimas de la masacre de Tiananmen.
Qi pasó seis semanas vigilado a todas horas por policías paramilitares. Le impedían dormir y en los interrogatorios leacusaban de "crímenes contrarrevolucionarios" y de "querer derrocar al Partido y el socialismo".
Le reclamaron además que escribiese las injusticias a las que supuestamente fue sometido a lo largo de los años. Pero después rompieron ese documento ante sus ojos y volvieron a amenazarle: "Podemos enterrarte vivo si recibimos órdenes de arriba".
Por Bill Smith y Andreas Landwehr/DPA