Iglesia católica cuestiona proyecto de ley para menores del Senado
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Celebran en El Vaticano asamblea de obispos sobre familia
México DF.- México tiene una deuda enorme con la niñez y la adolescencia, señaló la Arquidiocésis de México en la editorial del Semanario Desde la Fe a propósito de la reciente aprobación de la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en el Senado de la República, la cual, consideró, tiene varios defectos.
El documento publicado el día de ayer señala que la propuesta defiende el derecho de los niños y adolescentes a la vida, supervivencia y desarrollo, pero omite la protección que todo ser humano debe tener desde el momento de la concepción.
Añade que las políticas abortistas se confirman cuando los artículos 50, fracción XI y 58, fracción VIII, sostienen la educación sexual integral para ejercer responsablemente derechos sexuales y reproductivos de los niños y adolescentes, abriendo la puerta a deleznables abortos legales para salvaguardar otros derechos.
El texto agrega que a pesar de las contradicciones, las reservas que intentaron modificar estos artículos (presentadas por el Partido Acción Nacional a través de la Comisión de Familia y Desarrollo) fueron desechadas por el voto de sesenta senadores.
Además, la editorial semanal considera que la lectura del proyecto infiere una tímida y casi nula participación de los padres de familia, diluyendo el concepto de Matrimonio entre un hombre y una mujer como la mejor institución del derecho familiar capaz de prevenir cualquier forma de violencia; a lo largo del dictamen, las figuras de padre y madre son sustituidas mañosamente por quienes ejercen la patria potestad y la tutela, además de que las instituciones de padres de familia tendrían una discreta intervención con voz, pero sin voto en la toma de decisiones.
Por esta razón, afirma el documento, mientras la vida sea relativa y la familia no se proteja desde el Matrimonio, la niñez vivirá en grandes riesgos, ya que, la postura de la Ley se acoge más a posturas a favor de la cultura de la muerte y no de la esperanza cristiana que impele a luchar para no habituarnos en el mal y afirmar a los niños como futuro y signo diagnóstico de nuestra salud social.
Cambios
Por su parte, el papa Francisco hizo un llamado a la Iglesia a no cerrarse frente a los cambios del mundo, y a la humildad, durante la III Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los obispos católicos en Roma, a celebrarse del 5 al 19 de octubre.
El Señor nos pide proteger a la familia que es parte integrante de su diseño de amor por la humanidad desde sus orígenes, dijo el Pontífice al inicio de un encuentro que terminará el 19 de octubre y en el que se analizarán los graves problemas que afectan la vida de la familia en el mundo de hoy.
Los sínodos no se crearon para debatir ideas bonitas o inteligentes, ni para ver quién es más listo, dijo. En ese sentido, instó a los obispos a trabajar con generosidad, libertad verdadera y creatividad humilde.
El Papa aludió así a las luchas internas que han desatado entre los líderes de la Iglesia los temas que serán abordados en el sínodo, como la prohibición de métodos anticonceptivos y de la comunión para los divorciados que vuelven a casarse, así como el aborto. No se espera que se realicen cambios en este encuentro, sino que más bien servirá de base para el sínodo del año próximo.
El sínodo, que significa caminar juntos, fue instituido por Pablo VI al final del Concilio Vaticano II para dar continuidad al diálogo conciliar, al que hoy son llamados 191 padres sinodales para reflexionar sobre los grandes problemas de la familia moderna, como la moral sexual, las parejas de hecho âgay o noâ, el papel de la mujer, la eutanasia y la posibilidad de dar la comunión a los divorciados vueltos a casar.