Hillsborough, a 20 años de una tragedia del futbol

Deportes
/ 15 abril 2009

    El partido entre el Liverpool y el Nottingham Forest sólo dura seis minutos. Mientras un disparo del atacante del Liverpool Peter Beardsley golpea en el palo, en la tribuna "Leppings Lane", detrás del arco rival, varios seguidores de su equipo ya luchan por su vida

    Londres.- Es el 15 de abril de 1989 y el estadio de Hillsborough, en Sheffield, vuelve a ser escenario de una semifinal de la Copa inglesa de fútbol.

    Más de 3.000 están atrapados entre una masa que empuja y una infranquable verja de metal que rodea el campo de juego. Poco después, la cancha está llena de muertos, heridos y personas que huyen en estado de pánico.

    Ese día de primavera mueren 94 hinchas. Lee Nicol, de 14 años, fallece cuatro días después por sus heridas. La víctima fatal número 96, Tony Bland, está casi cuatro años en coma y muere en marzo de 1993.

    Quedan heridas 766 personas, la mitad de las cuales deben ser internadas. Centenares quedan con graves traumas que sufren hasta hoy. Mañana se cumple el vigésimo aniversario de un hecho que fue un punto de inflexión para el fútbol británico.

    "No creo que vayamos a olvidar nunca a las 96 personas que murieron", dijo el primer ministro británico, Gordon Brown, que aseguró que su recuerdo perdura y que los fans del Liverpool no deben sentirse responsables de lo sucedido.

    "Lo primero que vi fue un grupo de hinchas del Liverpool que usaban parte de un cartel publicitario como camilla y llevaban a un hombre que tenía una camiseta sobre su rostro, y pensé: 'Ése está muerto'", recuerda el médico Tony Edwards, que fue uno de los primeros en llegar al estadio. Sólo poco a poco quedan claras las dimensiones de la tragedia. Hillsborough parece un campo de batalla.

    "Fue un hecho que cambió el fútbol en Gran Bretaña", dice Rob Hughes, periodista del "International Herald Tribune", que fue testigo del horror. "Los que estuvieron jamás perderán ese sentimiento de impotencia por salvar una vida, imagine 96, en un estadio que fue construido como lugar de alegría".

    Semanas después, el "informe Taylor" señaló las causas del desastre. A diferencia de la catástrofe de 1985 en el estadio Heysel de Bruselas antes de la final de la Copa de Europa, cuando violentos hooligans del Liverpool rompieron una verja y causaron la muerte de 39 personas, en su mayoría hinchas de la Juventus de Turín, esta vez la razón no fue la violencia de los hinchas, sino el fracaso policial.

    Las fuerzas del orden no derivaron a las masas que se dirigían a la "Leppings Lane" a los accesos laterales y reaccionaron con demasiadas dudas cuando el desastre comenzó.

    La peor tragedia en la época del fútbol provoca un continuo día de luto. Familiares de las víctimas aún luchan por "justicia" y por una indemnización. Mañana, día del aniversario, se realizará una misa en la tribuna de "The Kop" del estadio del Liverpool, Anfield Road.

    En la semifinal de Copa entre el Chelsea y el Arsenal el próximo sábado, la Federación Inglesa de Fútbol (FA) recordará la catástrofe. Los capitanes de los equipos y el presidente de la FA, Lord Triesman, entregarán flores a representantes del "Hillsborough Families Support Group".

    Hillsborough también marcó un giro en el fútbol inglés. Desaparecieron las rejas y las tribunas de pie. Poco tiempo después ya sólo había estadios con asientos en la máxima categoría.

    "Hasta finales de los 80, para los clubes los hinchas eran alimento de las tribunas", escribió diez años después de la tragedia el comentarista de fútbol del diario "The Guardian" David Lacey. "Ahora se convirtieron en clientes, a los cuales ya no se les ofrecen instalaciones que pertenecían a los barrios pobres de los años 30".

    Eso costó dinero. Se fundó la Premier League, comenzaron a llegar los millones de la televisión del canal comercial de pago Sky y nació el "boom". Después de invertir 3.000 millones de libras, hoy Inglaterra tiene los estadios más seguros y más caros del mundo, y otra clientela, según Hughes.

    "Hoy el fútbol es parte de la cultura de la clase media. La clase trabajadora ya no puede comprar las entradas". Así fueron excluidos aquellos que estaban considerados como el "núcleo duro" de los hinchas ingleses. Desde entonces, apenas hay disturbios de hooligans, que eran muy frecuentes en los años 80.

    Veinte años después, Hillsborough es para el Liverpool más que una abstracción, a pesar de la fuerte internacionalización del equipo, para el que frecuentemente sólo juegan dos ingleses.

    Jon-Paul Gilhooley, primo de Steven Gerrard, hoy capitán de los "reds", fue uno de los muertos el 15 de abril de 1989, cuando sólo tenía diez años. Por eso, el internacional inglés será uno de los que rezen en la tribuna de "The Kop" mañana.

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