Gran descubrimiento contra el cáncer
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Científicos han identificado unos péptidos, cadenas cortas de aminoácidos, que son los eslabones que forman las proteínas, que tienen la capacidad de unirse a células escudo, las células que se encuentran alrededor de las cancerígenas, supresoras de origen mieloide (MDSC por sus siglas en inglés).
México.- Científicos del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, mediante una publicación en la revista Nature Medicine, han detallado un proceso de inmunoterapia contra el cáncer, el cuál no se centra directamente en combatir las células tumorales, sino en las células que se encuentran a su alrededor y que, de alguna manera, hacen de escudo.
Básicamente, consiste en identificar unos péptidos, cadenas cortas de aminoácidos, que son los eslabones que forman las proteínas, que tienen la capacidad de unirse específicamente a estas células escudo o células que se encuentran alrededor de las cancerígenas, que son las células supresoras de origen mieloide, capaces de formar un escudo.
En la segunda parte del ensayo versa sobre: unir a estos péptidos con unos anticuerpos. Al conjunto resultante lo han llamado en inglés peptibodies (pepticuerpos). Con este proceso se puede dirigir el ataque a las células que se quieren eliminar, las MDSC. Así, las células tumorales quedan expuestas al sistema inmunitario convenientemente.
Larry Kwak, quien ha dirigido el trabajo junto a Hong Qin, explicó, hace una década que sabíamos que estas células bloqueaban la respuesta inmune, pero no habíamos sido capaces de desactivarlas porque no teníamos identificada la diana.
Para encontrarlos, el equipo de investigadores, que no contaba con una idea de qué parte de las MDSC eran las mejores para actuar, recurrió a un sistema que podría calificarse de poco sutil: probar a ciegas toda una serie de péptidos de las librerías que existen, hasta encontrar los que se unían a la superficie de estos escudos de las células tumorales. Al final encontraron dos, que llamaron G3 y H6. Estos tenían una ventaja añadida: no solo se unían a las MDSC que se querían eliminar, sino que, además, no se unen a otro tipo de células. Eso es importante porque permite dirigir la terapia, y es clave para, si se llega a probar en humanos, evitar efectos secundarios.
Para verificar que esta idea funcione, los investigadores trataron ratones con dos tipos de cáncer de timo con varias combinaciones: a unos les dieron los nuevos pepticuerpos; a otros les dieron otras sustancias que hicieron de control. Lo primero que vieron es que el grupo tratado con las nuevas moléculas reducía su cantidad de MDSC, lo que era señal de que la idea funcionaba.
Es la primera demostración de que podemos crear anticuerpos para esas células. Es una diana radicalmente novedosa para la inmunoterapia, ha dicho Kwak.
El investigador cree que, a partir de ahora, puede volver a la idea inicial de provocar una respuesta inmunitaria para estimular la respuesta inmunológica contra las células cancerosas. Esto, hasta ahora, no había funcionado.
La clave para llevar las vacunas del cáncer a otro nivel es combinarlas con inmunoterapias destinadas al microentorno del tumor, expone Kwak.
El verdadero objetivo de los investigadores no son las células que hacen de escudo, sino verificar que, una vez eliminado este, los tumores disminuían. Y esto también lo comprobaron: trataron a los ratones con los pepticuerpos diariamente durante dos semanas, y, al final, los cánceres se habían reducido a la mitad.