Europa busca la cuadratura del círculo con la cuarta cumbre
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"El tema más importante (de la cumbre) es el pacto fiscal y los tratados intergubernamentales", comentó Van Rompuy
Bruselas, Bélgica.- Las dificultades son tantas y la reacción de los mercados tan moderada y apática al gran acuerdo fiscal alcanzado por la Unión Europea (UE), que el bloque decidió hoy entrar en 2012, al inicio de la presidencia semestral danesa, con una nueva cumbre sobre la eurozona: la cuarta en cuatro meses.
Mientras gran parte de la atención se focalizaba hoy en Bruselas en las declaraciones del presidente ruso, Dmitri Medvedev, de visita oficial, aprovechando el momento el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, volvía a hacer titulares: nueva cita de jefes de Estado y de Gobierno europeos para finales de enero o principios de febrero para cortar los innumerables flecos de la última cita europea.
Fuentes próximas al Consejo de la UE especulan hoy con que las fechas del nuevo encuentro podrían ser los próximos 7 y 8 de febrero: el calendario no se detiene y Europa no puede perder tiempo, sobre todo cuando, antes de marzo el bloque debe tener listo el armazón jurídico, mediante tratados intergubernamentales entre 26 socios, de su nuevo "pacto de disciplina fiscal", el ariete con el cual pretende evitar nuevos problemas de deuda, sin Reino Unido.
"En tiempos de estancamiento, casi recesión, es muy importante hablar de cómo implementar reglas presupuestarias más estrictas", comentó el belga poco después de concluida la rueda de prensa conjunta con el presidente ruso y con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
El tema principal del nuevo encuentro de los 27 socios del bloque se centrará en las últimas medidas adoptadas en la pasada cumbre de Bruselas relacionadas con un progresivo endurecimiento de las reglas europeas en materia presupuestaria, castigos incluidos.
También está previsto que los 17 socios de la eurozona analicen la aplicación de los acuerdos alcanzados en el eurogrupo de octubre pasado, cuando se aprobó el segundo paquete de rescate a Grecia, por 130.000 millones de euros, incluidas las quitas a la banca, que todavía están pendientes.
"El tema más importante (de la cumbre) es el pacto fiscal y los tratados intergubernamentales", comentó Van Rompuy, en referencia a que ese acuerdo para endurecer las reglas presupuestarias no se hará modificando el Tratado de Lisboa, lo cual retrasaría su aplicación al menos un año, debido a las necesarias ratificaciones, según los expertos.
El sprint que tiene por delante la Unión Europea se resume en lograr materializar ese Tratado Intergubernamental antes de la próxima primavera (europea) para, de esta manera, enviar un mensaje contundente a mercados y agencias de calificación de riesgos sobre la determinación para apuntalar el euro y superar la tormenta de la crisis de deuda soberana.
El trabajo preparatorio está en estos momentos "a pleno rendimiento", asegura a dpa una fuente de Bruselas. Desde el final de la cumbre europea de los pasados días 8 y 9, los "sherpas" trabajan a pleno ritmo para dar forma jurídica a los acuerdos alcanzados por los líderes europeos.
El primer ministro británico, David Cameron, presionado por el ala más euroescéptica del partido conservador, decidió que su país no participará en el acuerdo, por temor a que se vean afectados los intereses del corazón financiero del Reino Unido, la city de Londres. De esta manera, aisló a su país, que no comparte el euro, del núcleo decisorio de la Europa política, encabezado por Alemania y Francia.
El "Pacto de Bruselas" prevé reglas vinculantes mucho más duras en materia de control de déficit y deuda públicas. En el caso del primero, deberá estar por debajo del 3 por ciento de Producto Interior Bruto (PIB) y en el segundo tendrá que ser menor al 60 por ciento del PIB. El déficit estructural deberá quedar por debajo del 0,5 por ciento.
Para garantizar su aplicación se prevén multas semiautomáticas a los infractores y la posiblidad de denunciarles ante el Tribunal de Justicia de la UE, como deseaba Berlín.
Europa intenta evitar nuevos casos como los de Grecia, Irlanda o Portugal, los tres socios del euro rescatados por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Lo más importante es el pacto fiscal y el Tratado intergubernamental", pero también se hablará de "competitividad y especialmente empleo", subrayó Van Rompuy.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quería que la nueva cumbre se limitara sólo a la eurozona, pero al final estarán incluidos los 27 socios.
A pesar de la cumbre europea de la semana pasada, las bolsas europeas abrieron este lunes con bajadas generalizadas, y la agencia de ráting Moodys amenazó con bajar la nota a toda la UE.