Estrés infantil a causa de la escuela
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El estrés es una respuesta natural del organismo ante las diferentes situaciones a las que se tiene que enfrentar
México, DF. El medio ambiente en el que vivimos nos exige dar respuestas, para lo cual, el cuerpo y la mente se activan, generando una tensión sana de alerta.
Sin embargo, cuando esta tensión se excede en tiempo e intensidad genera un impacto negativo en la persona provocando enfermedades o disfunciones en su vida diaria.
Para las personas, particularmente para los niños, el hecho de enfrentarse a situaciones nuevas o desconocidas genera esta tensión llamada estrés, por lo cual, es fundamental que desde pequeños desarrollemos las habilidades necesarias para que de forma consciente y voluntaria manejemos de forma óptima el estrés en nuestra vida, para lograrlo es fundamental desarrollar la inteligencia emocional.
Tanto en el hogar como en la escuela las nuevas generaciones manifiestan los síntomas de esta vida sobrecargada de exigencias y tensiones que desencadenan en: agresividad, depresión, problemas de aprendizaje, problemas de atención, apatía, indiferencia, violencia física o psicológica.
Para evitar consecuencias negativas derivadas del estrés, el ambiente en el que se desenvuelve un niño o niña debe ayudarles a desarrollar un sentido de orden, seguridad y bienestar. Por tanto, deben darse las condiciones adecuadas tanto en el hogar como en el salón de clases para favorecer su crecimiento y el desarrollo de la inteligencia emocional.
Parte fundamental de la inteligencia emocional es el autoconocimiento y la autorregulación, mediante las cuales los niños podrán enfrentar situaciones estresantes sin que afecten su vida.
Es recomendable para los padres de familia que en casa acompañen a sus hijos de forma constante, observen sus conductas y respuestas tanto físicas como emocionales ante cualquier situación. Asimismo es fundamental que los padres faciliten la comunicación con sus hijos y la expresión de sus sentimientos, es decir, no minimizar sus temores o preocupaciones y escuchar con respeto sus inquietudes; la calma y estado de relajación de los padres será el mejor ejemplo para los niños.
Los niños pasan gran tiempo en la escuela, donde también hay múltiples factores estresantes, como obtener buenas calificaciones, cumplir con las tareas, estudiar para los exámenes, entre otros aspectos. Sin embargo, todo esto no debe generar estrés en lo alumnos, por ello, es fundamental que los programas de aprendizaje estén centrados en los alumnos, en sus diferentes estilos de aprendizaje y en la estimulación de las inteligencias múltiples, más que solamente en los contenidos. Asimismo, los modelos pedagógicos deben partir de la relación que se vive entre las personas, ya sea entre el maestro con sus alumnos, o las relaciones entre los alumnos como compañeros.
Existen propuestas educativas en las que la dinámica enseñanza-aprendizaje parte de la creación de un ambiente favorable para que los alumnos se sientan seguros, cómodos, confiados, donde equivocarse sea parte natural del aprender y, además, el respeto entre los compañeros sea el principio fundamental del trabajo en equipo, donde las diferencias entre las personas no sean motivo de burla ni acoso. Es decir, la inteligencia emocional es uno de los fundamentos pedagógicos que ayudan al niño a aprender sin estresarse en un ambiente armónico.
En definitiva, un niño aprende mejor cuando se siente capaz y amado y, además, es aceptado incondicionalmente. Es entonces cuando el niño vive el estrés de forma natural, reaccionando de forma sana.