"España se daña a sí misma recortando ayuda al desarrollo": Bruselas
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España lidera el recorte en ayuda oficial al desarrollo, de acuerdo con la Organizacion para la Cooperacion y el Desarrollo Económico (OCDE).
Bruselas, Bélgica.- El hecho de que España se encuentre sumida en una grave crisis económica no debería ser motivo para haber reducido "tan drásticamente" los montantes que el país consagra a la ayuda al desarrollo, incluida América Latina, asegura el comisario de la Unión Europea (UE) para Cooperación al Desarrollo, el letón Andris Piebalgs.
"Entiendo perfectamente la situación que padece España. Es verdad que el país se encuentra en un momento económico delicado, pero debo recordar que es en interés de los propios ciudadanos españoles -y por extensión europeos- el no reducir de manera tan abrupta como lo ha hecho las sumas que hasta la fecha dedicaba al desarrollo y la cooperación", asegura Piebalgs en entrevista con dpa Insight EU en Bruselas.
España lidera el recorte en ayuda oficial al desarrollo, de acuerdo con la Organizacion para la Cooperacion y el Desarrollo Económico (OCDE). Entre 2011 y 2012 las cifras que España dedicó a impulsar programas en países en vías de desarrollo se contrajo un 49 por ciento, según datos divulgados en abril pasado por la OCDE.
De acuerdo con la organización internacional, la cantidad que España invirtió en ayuda al desarrollo en ese período fue de 1,948 millones de dólares (cerca de 1,500 millones de euros), equivalentes al 0.15 por ciento de la Renta Nacional Bruta. El guarismo queda muy alejado del objetivo del 0.7 por ciento que estableció el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero para 2012.
Piebalgs argumenta que -a la postre- "España se daña a sí misma" con esa fuerte reducción en ayuda al desarrollo, pues está convencido de que se podría producir un "efecto boomerang": reduciendo la ayuda internacional, España y Europa se verán afectadas directamente, entre otros motivos, por un incremento de la inmigración de subsaharianos que buscan mejores condiciones de vida en el Viejo Continente.
"España tiene una enorme exposición geográfica al problema migratorio, por su cercanía con Africa, que supone el drama de las pateras y de la inmigración, por ello es en su propio interés, y en el interés de la Unión Europea en su conjunto, no reducir radicalmente la ayuda al desarrollo. Si hay inestabilidad en Africa, también la habrá en España y en Europa. Si no hay crecimiento y desarrollo sostenible en Africa, Europa saldrá perjudicada", agrega.
Para 2013 España redujo su aportación en Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), el nombre en la jerga técnica, del 0,22 por ciento (de 2012) al 0,20 por ciento de la Renta Nacional Bruta, aseguró recientemente a medios españoles el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia.
Pero a pesar del profundo tajo a la cooperación internacional, Piebalgs se muestra comprensivo con las medidas del gobierno español: "entiendo que se trata de algo puramente conyuntural, no creo que sea una decisión política que se convierta en algo permanente".
"De todas maneras, debo decir que sí me preocupa la decisión que se ha tomado pues la tijera ha sido demasiado profunda, sobre todo porque hasta la fecha España estaba entre los países europeos más generosos en materia de cooperación y ahora se queda relegada. No estamos criticando al gobierno de España porque sabemos los enormes retos económicos a los que se enfrenta, pero si he de ser sincero, los recortes han sido desproporcionados. Desde la Comisión Europea creemos que es vital que España no pierda el tren y siga siendo un actor clave en la materia", asegura.
Otro de los temas sensibles sobre la mesa del comisario (ex titular de la cartera de Energía con la anterior Comisión de José Manuel Durao Barroso entre 2004 y 2009) son las críticas desde algunos sectores a la nueva estrategia de ayuda al desarrollo de Bruselas, presentada en 2011 y titulada "Agenda para el Cambio" (Agenda for Change), adaptada y actualizada a las nuevas realidades.
Bruselas, por ejemplo, ha "actualizado" su política de ayuda al desarrollo para América Latina, muchos de cuyos países ya no son considerados "técnicamente pobres".
"Lo que hemos hecho es simplemente una adaptación a las nuevas realidades económicas de muchos países de América. Hemos, por así decirlo, ajustado nuestro enfoque. Pero la Comisión Europea no se ha planteado, en ningun momento, dejar de lado a América Latina. Si miramos ahora a América Latina, de manera general, la situación económica, salvando las distancias, es mucho mejor que hace unos años", asegura.
La Unión Europea es el mayor donante mundial de ayuda al desarrollo, seguida de Estados Unidos y Japón. Uno de sus objetivos más ambiciosos es alcanzar la cifra del 0.7 por ciento de la Renta Nacional Bruta (global para la UE) en ayuda oficial al desarrollo para 2015, como recogen los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de las Naciones Unidas.
Por Fernando Heller/DPA