España despide a la duquesa de Alba
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Los seis hijos de la duquesa y su viudo y tercer marido, Alfonso Díez, ocuparon emocionados la primera fila de la catedral sevillana.
Sevilla, España.- La duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, recibió hoy un caluroso adiós en la catedral de la ciudad española de Sevilla, que acogió a su familia, amigos y a representantes institucionales en su funeral de cuerpo presente.
Mientras el arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo, oficiaba la misa fúnebre, cientos de personas abarrotaban las inmediaciones del templo como señal de respeto a la duquesa, que murió a los 88 años tras sufrir una neumonía y problemas del corazón.
Los seis hijos de la duquesa y su viudo y tercer marido, Alfonso Díez, ocuparon emocionados la primera fila de la catedral sevillana.
La duquesa de Alba era la aristócrata con más títulos nobiliarios de España. Catorce veces Grande de España, llegó a tener casi medio centenar, de los cuales cedió varios a sus hijos, y entró incluso en el Libro Guinness de los récords.
La reina Isabel II de Inglaterra, con la que jugó de niña durante el exilio de su familia en Londres, hubiera tenido que arrodillarse ante ella siguiendo el protocolo aristocrático.
Al margen de títulos y de su incalculable patrimonio -incluye numerosas e importantísimas obras de arte, castillos, palacios, tierras...-, fue un personaje querido en España, sobre todo en Sevilla, a la que estaba muy unida y donde vivió sus últimos años. Con un carácter rebelde y alejada de las convenciones, suscitó siempre simpatía entre muchos españoles.
La duquesa era "una noble por herencia y noble, muy noble, de corazón", dijo el arzobispo emérito, amigo de la aristócrata. "Ha muerto en avanzada edad, pero la vejez venerable no se mide por el número de años, sino por una vida llena de belleza y bondad".
El féretro, frente al altar mayor, estuvo cubierto por la bandera de España y la de la Casa de Alba, de la que fue la tercera mujer en dirigirla en sus más de 500 años de historia.
La infanta Elena, hermana del rey Felipe VI, representó a la casa real española en el funeral. Por parte del gobierno de Mariano Rajoy acudió su ministro de Defensa, Pedro Morenés.
A la capilla ardiente, instalada en el ayuntamiento de la ciudad desde primera hora de la tarde del jueves hasta hoy por la mañana, acudieron a despedir a la aristócrata más de 80.000.
Tras el funeral, la duquesa de Alba iba a ser incinerada. Sus cenizas se repartirán entre la iglesia sevillana del Cristo de los Gitanos, del que era devota, y el panteón que la familia Alba tiene en la localidad madrileña de Loeches, donde entre otros están enterrados sus dos primeros maridos.