Es flor de cempasúchil tradicional en Día de Muertos y medicinal
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Cd. de México.- Las flores de cempasúchil representan un elemento fundamental en el ritual del "Día de Muertos" y como cada año, en México éstas alegran altares y tumbas, compartiendo un sitio privilegiado junto con manjares culinarios y el incienso.
Esta es un elemento más de la herencia prehispánica y tal vez una de las más difundidas simbiosis de la devoción sagrada y la práctica profana, en la que la flor de cempasúchil resalta por su gran colorido y estelas aromáticas, símbolo utilizado desde la antigüedad en México.
De acuerdo con la tradición mexicana, en diversos estados del país se estila deshojar la flor y hacer caminos con sus pétalos, dada la creencia de que su color guiará al santo difunto del cementerio al lugar de la ofrenda y viceversa, además de hacerle una estancia agradable durante su visita.
En los altares y ofrendas, la flor de cempasúchil destaca por la viveza de su colorido, y comparte su importancia con elementos como el agua, sal, copal, fruta, comida, dulces, vino y, desde luego, la fotografía del ser querido que se adelantó en el camino a la eternidad.
En náhuatl, su significado es "flor de veinte pétalos", pero también se le conoce como "flor de muertos", y era utilizada por los indígenas de América, además, como planta curativa y ceremonial.
Actualmente, los pigmentos de sus pétalos (carotenos) se extraen y mezclan con el alimento de las gallinas ponedoras y los pollos de engorda para lograr el intenso amarillo de la yema del huevo y de la piel de las pequeñas aves, a fin de hacerlos muy atractivo a la vista de los consumidores.
Además, esta flor tradicional de los mexicanos ha sido modificada genéticamente a fin de otorgarle mayor densidad de pétalos y darle una elevada concentración de pigmentos.
Los carotenos también se utilizan en la medicina, pues de ellos se obtiene la luteína, sustancia que actúa como un nutriente antioxidante que protege las células del cuerpo, en especial aquellas que conforman el tejido de la retina. Es, además, un excelente vermífugo y estimulante del apetito.
Entre algunas propiedades curativas que se le atribuyen se cree que puede prevenir el cáncer, se le indica en el dolor de estómago, parásitos intestinales, cólicos, afecciones hepáticas, bilis, vómito, indigestión y otros, aunque nada ha sido debidamente documentado.