En México, tres de cada 10 niños presentan problemas de talla baja: experto
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Es un asunto que no debe tomarse a la ligera, señala
México DF.- Ser el "chaparrito" del salón de clases, el más "bajito", el "que parece niño", el "que hay que colgar en el clóset para que crezca" no es cosa de juego; contrario a lo que se piensa, el problema de talla baja no sólo depende de factores como la mala alimentación o la falta de ejercicio, puede ser un problema de la hormona de crecimiento que de no ser atendido a tiempo puede conllevar consecuencias irreversibles en la etapa adulta y deteriorar la salud emocional.
De acuerdo con Arturo Ayala, médico del Centro Pediátrico del Crecimiento, tres de cada 10 niños presentan algún problema de talla baja, algunos se solucionan con corregir estilos de vida como alimentación, sueño y actividad física, pero otros requieren de atención especializada.
En entrevista con esta agencia, Ayala explicó que la talla baja puede tener como origen factores genéticos, sobre todo si alguno de los padres tiene estatura menor a la promedio, pero también puede ser un trastorno en la hormona del crecimiento, alguna enfermedad renal, gastrointestinal o hipotiroidismo.
Entre los síntomas están el deterioro del ritmo de crecimiento, la poca ganancia de estatura, muscular o de peso.
Para el especialista en endocrinología pediátrica por el Hospital Infantil de México "Federico Gómez", es recomendable llevar un registro de la estatura y peso del infante a partir de los cuatro años, ya que en fases anteriores está relacionado con otros factores, y en caso de detectar una falta de crecimiento por más de cuatro meses, acudir al médico.
Para Ayala, este problema no sólo requiere de atención médica, sino psicológica por que "desafortunadamente nuestra sociedad estigmatiza algunos parámetros y la talla es uno de ellos", por lo que se pueden presentar conductas como autoexclusión social, poca participación en grupos, escasa interacción con otros niños, bajo rendimiento escolar, preferencia por relacionarse con niños de menor edad, entre otras cosas.
En la parte médica, el también miembro activo de la Sociedad Mexicana de Endocrinología Pediátrica, señaló que los tratamientos son muy efectivos, pues en la mayoría de los casos, el menor recupera sus patrones de crecimiento.
Al respecto, indicó, hay tres tipos diferentes: los estimulantes de la hormona del crecimiento, muy útiles en niños que presentan problemas de talla de hasta 2 centímetros; los medicamentos que retrasan la pubertad, cuyo fin es estimular un poco más el crecimiento como niños, y la hormona del crecimiento, que permite mejorar los patrones de desarrollo.
Así, el endocrinólogo pediatra recomendó a los padres dar seguimiento al crecimiento de sus hijos, procurar que el niño duerma entre 8 y 9 horas al día; brindarles una alimentación variada en la que se consuma carne roja, carne blanca, productos del mar, verduras, frutas y lácteos de manera variada, y estimular la actividad física, sobre todo natación, voleibol y basquetbol.
Sobre posibles dificultades en el desarrollo de caracteres sexuales de los menores con talla baja, el también integrante de la Sociedad Latinoamericana de Endocrinología Pediátrica mencionó que la deficiencia de hormona per se no interfiere con su aparición.
Agregó que en caso de una pubertad tardía, lo que se presenta es un desfasamiento entre los patrones de crecimiento biológico, marcado por los huesos, y el cronológico, cuya consecuencia es que en un menor aparezcan sus primeros caracteres sexuales secundarios a los 15 o 16 años de edad.
En el caso de las niñas, recalcó la importancia de atender la situación con rapidez, ya que una vez presentada la primera menstruación, el tiempo de corregir defectos en la hormona de crecimiento es de dos años.
La talla baja es causada por anormalidades genéticas o daño prenatal, así como por factores secundarios o enfermedades que retrasan el crecimiento del hueso y su maduración, lo que disminuye la velocidad de crecimiento; es decir, el número de centímetros ganados por año.