En estas elecciones hubo quema de boletas y protestas, pero sin boicot
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En Chiapas, Oaxaca, Guerrero hubo quema de boletas, urnas de votación y diferente material electoral, y se registraron protestas de quienes llamaban al boicot.
Pese a las amenazas de boicot electoral convocado por diversos grupos sociales y al temor de actos violentos, los mexicanos salieron a votar en relativa calma esta jornada electoral que estuvo marcada por la quema de boletas y casillas en estados del sur del país.
El gobierno federal realizó un gran despliegue del Ejército, la Marina y la Policía Federal sobre todo en los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, y realizó patrullajes tanto aéreos como terrestres en las zonas más conflictivas, pero el presidente Enrique Peña Nieto subrayó que los incidentes fueron aislados.
En Chiapas, Oaxaca, Guerrero hubo quema de boletas, urnas de votación y diferente material electoral, y se registraron protestas de quienes llamaban al boicot. Asimismo, hubo enfrentamientos esporádicos que concluyeron con la detención de 88 personas en Oaxaca y 11 en Chiapas, informaron sus respectivas fiscalías
Este domingo por la tarde, el líder nacional del PRD, Carlos Navarrete, destacó que los mexicanos vencieron los llamados a no votar; dijo que de 148 mil casillas, sólo dejaron de instalarse 427, de acuerdo con el INE.
Esto es una gran noticia () confirma que eran muchísimos más los millones de mexicanos que querían expresar, agregó.
El secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, apuntó como el incidente más complicado ocurrió en el municipio de Tixtla, en Guerrero, donde estudiantes, maestros y padres de los 43 alumnos de magisterio desaparecidos en septiembre en ese estado âcuya escuela está en este municipioâ se acercaron a las mesas de votación e intentaron convencer a los funcionarios para que les entregaran las boletas, que después quemaron como forma de protesta.
Nosotros queremos que primero aparezcan los jóvenes y después que haya elecciones, dijo Martina de la Cruz, madre de uno de los desaparecidos.
Poco después se registró un enfrentamiento con palos y piedras entre los manifestantes que llamaban al boicot, muchos con la cara cubierta con pasamontañas, y alrededor de un millar de personas que dijeron se oponían al boicot y deseaban defender su derecho al voto.
Tixtla ya está cansada de esta gente, dijo una enfermera que no quiso revelar su nombre.
En los actos de boicot más violentos participaron también miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el sindicato de maestros que se opone a la reforma educativa del gobierno y presente sobre todo en los estados del suroeste.
En Oaxaca, miembros de este grupo, todos con la cara cubierta o con máscaras de Anonimus, vaciaron un camión con papelería electoral, boletas, urnas y mesas de votaciones en pleno zócalo y lo prendieron fuego a todo al grito de ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!, en alusión a los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero.
Es una violación a nuestros derechos porque un grupo no puede decidir por todos, se creen los dueños de todos los espacios, se quejaba Luz María Velázquez, de 54 años.
Mientras, en las afueras de esta ciudad colonial, esperaban unos 50 vehículos militares pesados listos para intervenir ante cualquier incidencia y un helicóptero de la marina sobrevolaba la zona.
Hechos similares se repitieron en varios puntos de Oaxaca y Chiapas mientras en el resto del país predominaba la calma.
En Nuevo León los ciudadanos divulgaron fotos por redes sociales de diversos colegios electorales que amanecieron sellados con cadenas y candados, lo que retrasó su apertura, y los izquierdistas Partido de la Revolución Democrática, PRD, y Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, denunciaron que hombres armados intimidaban a la gente para que no votara en tres municipios cercanos a la frontera con Texas.
El presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, en un primer balance de la jornada aseguró que las elecciones se celebran con normalidad en todos los estados de la república, que los mexicanos podían ir a votar con seguridad y que los incidentes eran mínimos ya que se pudieron instalar el 99,95% de las mesas de votación.
Más de 83 millones de electores elegirán a los 500 miembros de la Cámara de Diputados, los gobiernos en nueve de 31 estados, además de cientos de alcaldes y legisladores locales en unas votaciones que se consideran una especie de referéndum sobre la gestión del presidente Enrique Peña Nieto, en el poder desde diciembre de 2012.
Las elecciones intermedias suelen atraer poca atención, pero en esta ocasión ha sido distinto por los llamados previos a boicotear y diversos hechos de violencia previos.
Por Animal Político con información de AP