Encuesta del Vaticano: Católicos omiten la doctrina de la Iglesia sobres familias
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Una de las respuestas más llamativas es que los fieles se resisten a la doctrina de la Iglesia sobre el control de la natalidad, el divorcio y las nuevas nupcias, la homosexualidad, las relaciones prematrimoniales o la fecundación in vitro.
ROMA.- Jorge Mario Bergoglio ya está haciendo cosas que jamás antes había hecho un Papa. El pasado sábado acudió a Calabria y excomulgó a la Ndrangheta y a todas las mafias que imponen su ley criminal en Italia.
Ayer, el Vaticano presentó el resultado de la encuesta mundial que Francisco había encargado el mes de octubre para conocer, de primera mano y sin intermediarios, las opiniones de los católicos sobre algunos asuntos que, hasta ahora, habían sido un tabú.
Una de las respuestas más llamativas es que los fieles se resisten a la doctrina de la Iglesia sobre el control de la natalidad, el divorcio y las nuevas nupcias, la homosexualidad, las relaciones prematrimoniales o la fecundación in vitro.
Otra de las conclusiones es que los católicos de a pie están de acuerdo con Bergoglio cuando, a su regreso de Brasil, dijo aquello de ¿quién soy para juzgar a los gays. Los fieles abogan por que los homosexuales sean acogidos con respeto, compasión y delicadeza, evitando frente a ellos todo signo de discriminación injusta.
La iniciativa del Papa surgió en octubre. El Vaticano envió a las diócesis de todo el mundo 38 preguntas muy concretas para saber qué sufrimientos espirituales aquejan a las familias católicas en la actualidad.
Con las respuestas se elaboró un documento de 77 páginas sobre el que tendrán que trabajar los obispos en el sínodo extraordinario convocado para octubre de este año.
De su lectura se infiere que muchos católicos han hecho de su capa un sayo ante la incapacidad de la Iglesia de dar respuestas a los nuevos desafíos. El documento âpresentado por el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obisposâllega a admitir que la Iglesia debe encontrar con urgencia nuevos lenguajes y formar adecuadamente a los operadores pastorales para transmitir sus enseñanzas.
La Iglesia tiene claro que no va a cambiar su doctrina, pero sí el acento y la mirada. Un ejemplo muy claro sobre el que también trata el documento es la relación con las parejas homosexuales.
El documento dice que todas las conferencias episcopales âdespués de examinar las respuestas de la encuestaâ se niegan en rotundo a redefinir el matrimonio, que solo se considera entre un hombre y una mujer, pero al mismo tiempo piden una actitud respetuosa hacia ellos, exenta de prejuicios âen la línea de las palabras del Papa- hacia los gays.
De la misma forma, los fieles tampoco se muestran partidarios de que las parejas del mismo sexo puedan adoptar, ahora bien: Si estas personas, piden el bautismo para el niño, debe ser acogido con la misma atención y ternura que el resto de los menores.
Una Iglesia, por tanto, más proclive a entender las nuevas relaciones de familia que a mandarlas al infierno directamente. Otra cosa ây también la encuesta hace hincapié en este asuntoâes que muchos de los católicos con sotana comulguen con la vida moderna.
Hay un punto del informe en el que se deja entrever un cierto malestar de los fieles con algunos pastores que, ahora sí, se muestran más papistas que el Papa en la aplicación de la doctrina.
De hecho, los católicos de todo el mundo han aprovechado la oportunidad para protestar por el mal ejemplo dado al mundo por la Iglesia Católica. Se citan los escándalos sexuales, la pederastia, la incoherencia de algunos curas que no esconden una vida de lujo o que marginan a divorciados o a madres solteras.
Todo esto, subraya el documento sin recurrir al lenguaje de los paños calientes tan habitual hasta ahora, ha provocado una considerable pérdida de autoridad moral.