El rigor del celibato causa debate
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Religiosos explican el alcance de la disposición
El Vaticano. Comentando lo afirmado por el papa Francisco en su viaje de regreso de Jerusalén a Roma, que el celibato no es dogma sino una norma de vida y que la puerta siempre está abierta para eventuales cambios, Carlos Aguiar Retes, presidente del CELAM y arzobispo de Tlalnepantla, explicó a EL UNIVERSAL que con esta frase el Papa reiteró una aspecto conocido de la doctrina, pero también su disponibilidad a cualquier planteamiento sobre este tema, lo cual significa reconocer que esta norma puede ser modificada.
La interpretación del actual titular del organismo que reagrupa a todos los episcopados de América Latina es sin duda de enorme relevancia, visto que abre la posibilidad, si bien no de forma inmediata, de que los sacerdotes católicos puedan contraer nupcias con la autorización de la iglesia de Roma.
Leí atentamente lo dicho por el Santo Padre y puedo decir que sólo reafirmó lo que ya sabemos, que el celibato es una ley eclesiástica establecida desde el siglo IV, esto es, que no proviene del Evangelio ni del nuevo testamento, y que por ello puede ser modificada, dijo el arzobispo Aguiar Retes, quien formó parte de la delegación de obispos mexicanos en la visita Ad Limina que le hicieron a Francisco.
Comentó que al reiterar la doctrina que conocemos, el Papa âesto es lo novedosoâ consideró que siempre estará dispuesto a escuchar cualquier planteamiento sobre este tema, porque las leyes están en manos de los legisladores y las de la Iglesia en manos del Santo Padre.
Refiriéndose al impulso que puede dar al tema del celibato la carta enviada a Francisco por 26 mujeres italianas, en la que hablan abiertamente de sus relaciones amorosas con sacerdotes, el padre Aguiar Retes señaló que si bien esta misiva es una constatación de las relaciones irregulares que viven algunos sacerdotes, es necesario esperar la intervención de instancias colegiales, porque es de allí es donde emergen los asuntos que atañen a la Iglesia universal.
Sobre lo afirmado por Francisco, el padre Héctor Pérez, un teólogo mexicano que está concluyendo su doctorado en eclesiología en la Universidad Gregoriana de Roma, comento a EL UNIVERSAL que el Papa no dijo nada que no esté escrito en la encíclica Sacerdotalis Caelibatus, de Pablo VI, y en la exhortación postsinodal Pastore Dabo Vobis, de Juan Pablo II, no sin antes precisar que nunca se ha escondido que el celibato es algo que la Iglesia pide a los sacerdotes como un signo de nuestra consagración.
Al respecto, también recordó que algunos de los primeros apóstoles estaban casados y que esto quiere decir que en una época la Iglesia permitía este hecho, porque el celibato no es un dogma sino una cuestión disciplinar que la Iglesia encuentra saludable para el testimonio de los sacerdotes.
El presidente del CELAM también habló de la eventual revisión de esta polémica norma, pero consideró necesario esperar el Sínodo extraordinario de octubre, que reunirá a 120 presidentes episcopales, y el ordinario del 2015, ambos dedicados a la familia, porque es allí donde podría emerger el tema del celibato, que de alguna manera toca la familia, pero no debemos crear una expectativa inmediata, porque antes debemos esperar que las iglesias de cada país manifiesten sus preocupaciones. Veremos por donde llevan los temas los presidentes de las conferencias episcopales, agregó Aguiar Retes.
No forma parte de agenda
Un poco más escéptico al respecto fue el padre Héctor Pérez. No hemos escuchado que en su agenda próxima el Papa tenga planeado reflexionar sobre la vocación sacerdotal; esto es, convocar a la Iglesia para abordar este tema, lo cual no significa que no esté preparando una reflexión al respecto, añadió.
Por lo que toca al impacto que pueda tener entre los sacerdotes lo dicho por el Papa, el teólogo fue por demás claro: Mediáticamente esto puede escucharse como algo fuerte, pero para quienes vivimos con el celibato es sólo parte de nuestra reflexión. Yo fui formador de seminaristas y siempre toqué abiertamente este tema, porque es necesario que los que nos formamos para el celibato lo conozcamos y reflexionemos sobre él.
Refiriéndose al hecho de que en la tradición cristiana hay iglesias que aceptan sacerdotes casados, el padre Pérez recordó que la disciplina de la Iglesia ortodoxa oriental permite a estas personas acceder al sacerdocio, pero no ser obispos. A esta Iglesia deben agregarse la anglicana y las llamadas protestantes, que no sólo aceptan sino estimulan el matrimonio de sus ministros.
Si bien es cierto que la Iglesia católica de rito latino mantiene el celibato introducido por Inocencio II en 1139, que realmente fue respetado sólo hasta 1563, con el Concilio de Trento, la Santa Sede autoriza el ejercicio del sacerdocio a los pastores anglicanos que ya casados se convirtieron a la fe católica, pero no les permite casarse si al momento de la conversión eran solteros ni volver a contraer nupcias a aquellos que hayan enviudado después de haberse hecho católicos.