El miedo y la ira se abren paso en Grecia
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Según los medios, en lo que va de 2011, 46,000 griegos han solicitado trabajo en el extranjero en las distintas representaciones consulares y de inmigración.
Atenas, Grecia (DPA).- El miedo a que se produzca una debacle sigue creciendo en Grecia. En las tabernas, el tema suscita acalorados debates, en los que la postura radical también encuentra sus defensores: "Quiero que esto acabe, aunque duela. Al menos a partir de entonces sabré cuál será el rumbo que tomará todo", dice un joven en el bar "Stelios", en un suburbio de Atenas.
El ambiente, a caballo entre el miedo y la ira, queda patente en muchas situaciones: por todas partes en la capital griega crecen las montañas de basura, ya que los servicios de recogida llevan días de huelga, y el lunes, el transporte en tren y autobús también volvió a sufrir un paro. El martes el paro se extendió a las refinerías, lo que provocó largas colas en las estaciones de servicio.
Según los medios, en lo que va de 2011, 46,000 griegos han solicitado trabajo en el extranjero en las distintas representaciones consulares y de inmigración. Entre las zonas más demandadas figura Australia.
Algunos se sirven de este caldo de cultivo para atacar una y otra vez a los políticos. El caso más reciente tuvo lugar el pasado sábado, cuando un grupo de extremistas entró en un cine de la ciudad portuaria de Salónica y lanzó yogur al ministro griego del Interior, Haris Kastanidis, que se disponía a ver una película con su mujer y varios amigos. Los agresores colgaron en Internet los videos de su ataque.
Las últimas encuestas muestran que muchos griegos esperan una gran reducción de la deuda, el llamado "tijeretazo" ("haircut", en inglés), para su país: el 67 por ciento de los encuestados cree que es inevitable, y el 85 por ciento opina que el país se mueve en la dirección equivocada.
También en los medios el recorte de la deuda es uno de los temas centrales. "Regateando ante la peluquería", escribe el diario ateniense "Ta Nea" en referencia al "haircut", que literalmente significa "corte de pelo". Una rebaja tal quiere decir que a largo plazo se concederá a Atenas una quita parcial de su deuda. Pero para eso, sus acreedores -sobre todo bancos, inversores y Estados- tendrían que renunciar a un buen pico de dinero.
Muchos expertos consideran ineludible esa quita, pues Grecia ya no puede hacer frente a sus deudas. Entre tanto, en el Eurogrupo se barajan escenarios de rebaja de hasta un 60 por ciento de la deuda.
Sin embargo, el lunes el gobierno se mantuvo prudente y evitó realizar comentarios sobre las declaraciones de la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Según fuentes del Ministerio griego de Finanzas, sería "precipitado".
Al primer ministro griego, Giorgos Papandreou, la situación se le vuelve cada vez más complicada. Los observadores ya no descartan que haya elecciones anticipadas o un referéndum sobre el camino a seguir por el país. Aunque un portavoz del gobierno desmintió esto contundentemente.
Entre tanto, la "troika" internacional, integrada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea, recomendó hoy martes el desembolso del sexto tramo de ayudas a Grecia, por 8.000 millones de euros, en noviembre próximo.
Los expertos anunciaron además que han puesto fin a su misión de control, cuyo objetivo era garantizar que Atenas está cumpliendo con las metas de ajuste y ahorro, imprescindibles para recibir ese sexto tramo. Aunque tenían previsto emitir su informe el 24 de octubre, la extrema volatilidad en los mercados y en la eurozona, alimentada por los temores a una crisis bancaria en Europa, impulsaron el adelanto.