Detienien al expresidente del Banco Espírito Santo, Ricardo Salgado
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"Nunca evadí impuestos ni soy sospechoso, ni de eso ni de cualquier otra cosa", declaró Salgado.
Lisboa, Portugal.- El que fuera presidente del portugués Banco Espírito Santo (BES) durante 22 años, Ricardo Salgado, fue detenido por la policía por su presunta implicación en un caso de blanqueo de capitales.
Así lo informó en un comunicado la Fiscalía lusa, que avanzó también que Salgado deberá declarar ante un juez en el Tribunal de Instrucción Criminal de Lisboa.
Salgado dejó su cargo como máximo responsable del BES hace apenas diez días, después de que la entidad financiera se viese afectada directamente por la crisis que atraviesa el Grupo Espírito Santo, al que pertenece.
Medios lusos informan de que la policía ya realizó el miércoles registros en varias entidades pertenecientes a esta sociedad -con intereses en la banca, los seguros, la agroalimentación, el turismo o la sanidad, entre otros-, y los vinculan con el arresto del expresidente del BES.
Según el Ministerio Público luso, el caso se enmarca dentro de la llamada operación "Monte Blanco", iniciada en junio de 2011 y con la que se desmanteló una red de blanqueo de capitales con conexiones entre Portugal y Suiza.
De hecho, el propio Salgado ya fue llamado a declarar en diciembre de 2012 por ese asunto, aunque la Fiscalía emitió un mes después un comunicado en el que afirmaba que entonces no existían "fundamentos" para que Salgado fuese considerado sospechoso.
"No existe, dados los indicios hasta ahora recogidos, fundamento para imputarle la práctica de cualquier ilegalidad de naturaleza fiscal", señalaron desde este organismo.
"Nunca evadí impuestos ni soy sospechoso, ni de eso ni de cualquier otra cosa", declaró Salgado en una entrevista al periódico "Jornal de Negócios" tras conocer el resultado de la investigación de la Fiscalía.
Ricardo Salgado, salpicado por el mayor caso de fraude fiscal de Portugal
El mayor caso de blanqueo de capitales y fraude fiscal de la historia de Portugal afecta directamente a Ricardo Salgado, heredero de la última saga de grandes banqueros lusos, líder de una de las facciones de la todopoderosa familia Espírito Santo y que fue detenido hoy por su presunta implicación.
La llamada operación "Monte Branco" tiene sus raíces en 2011, cuando se desmanteló una red establecida entre Portugal y Suiza dedicada a la evasión de impuestos y el blanqueo tras una investigación de la Fiscalía derivada de un proceso judicial anterior.
La estrategia se basaba en una pequeña casa de compra y venta de monedas del centro de Lisboa que pasaba totalmente desapercibida. Propiedad de Francisco Canas, se sospecha que era utilizada desde hace décadas por algunas de las mayores fortunas lusas para no pagar impuestos y llevar su dinero a cuentas helvéticas.
En el centro de esta red de fraude fiscal se encontraba la sociedad "Akoya", gestionada por dos banqueros suizos: Michel Canals y Nicolas Figueiredo.
Además, también era accionista en esta firma Álvaro Sobrinho, empresario angoleño que ocupó altos cargos en el Banco Espírito Santo (BES) y cuenta con participaciones en medios de comunicación lusos y en el equipo de fútbol lisboeta Sporting Clube de Portugal (SCP).
En este caso, todavía abierto -como se comprueba con el arresto de hoy de Ricardo Salgado-, fueron imputadas siete personas y se calcula que los perjuicios provocados ascienden a 200 millones de euros.
La investigación llevó incluso a poner bajo escucha judicial conversaciones telefónicas en las que participaba el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, mientras dialogaba con un supuesto implicado.
Ex diputados, empresarios, antiguos presidentes de clubes de fútbol y banqueros se vieron de alguna forma envueltos en un proceso que afectó a cerca de 180 personas, aunque la mayoría regularizó su situación aprovechando una "amnistía fiscal" lanzada por el actual Gobierno luso, de signo conservador, en 2012.
De esta forma, y a cambio de una tasa adicional del 7,5 %, aquellos que tenían capitales sin declarar pudieron ponerse al día con las autoridades fiscales, una medida polémica que sacó a la luz 3.400 millones de euros hasta ese momento "tapados" y supuso un ingreso de 258 millones de euros para el Estado portugués.
Uno de los que públicamente se adhirieron a esta "amnistía fiscal" fue el propio Ricardo Salgado, quien además acudió a declarar en diciembre de 2012 por causa de la operación "Monte Branco", pero acabó por no ser imputado.
Medios lusos especulan con que la detención de Salgado está relacionada con la venta en 2010 de las acciones que el Grupo Espírito Santo poseía en la compañía Escom, y que fueron compradas por la estatal Sociedad Nacional Combustibles de Angola (Sonangol).
Otras fuentes apuntan, sin embargo, a unas transferencias por valor de 14 millones de euros que recibió de un constructor luso.
Salgado era considerado hasta hace apenas unas semanas uno de los hombres más poderosos y más ricos de Portugal, pero en cuestión de días se ha puesto en causa toda su gestión.
A sus 70 años, es miembro del Consejo Superior del Grupo Espírito Santo y hace sólo diez días que dejó de ser el presidente del banco del mismo nombre (BES) tras 22 años en el cargo.
El grupo, estructurado de forma compleja y con intereses en múltiples sectores, alberga en su seno a sociedades financieras en las que se detectaron irregularidades contables y empresas en riesgo de insolvencia.
La crisis de los Espírito Santo es una cuestión de interés nacional para Portugal debido a su notable peso en la economía lusa, motivo por el que las principales autoridades del país instaron a la familia a alejarse de la gestión del BES para mantenerlo lo más al margen posible de las turbulencias que atraviesa el grupo.
La presión hizo efecto y el BES, la mayor entidad financiera lusa a nivel de activos, es liderado desde el pasado 14 de julio por el economista Vítor Bento, una persona externa al clan familiar.