Débil y sin forma, el sistema de salud mexicano
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La descentralización que inició hace casi 30 años no ayudó a fortalecer ni a mejorar los servicios locales, afirma especialista de la UAM
CIUDAD DE MÉXICO.- El sistema de salud en México luce débil, fragmentado y desarticulado frente a la creciente demanda de servicios y las nuevas epidemias del siglo XXI, consideró Gustavo Leal Fernández, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)-Xochimilco.
El doctor en Economía especializado en Políticas Públicas de Salud y Seguridad Social lamentó, en entrevista con Excélsior, que la falta de médicos, el abandono de la infraestructura hospitalaria y el desabasto de medicinas tengan al país en una situación de alta vulnerabilidad.
Leal Fernández explicó que los problemas iniciaron con el ciclo de reformas puestas en marcha a partir de 1982, cuando se decidió descentralizar los recursos y poner en manos de los estados la atención a la salud.
"Los servicios entregados a las entidades federativas han ido funcionando cada vez peor, a diferencia de lo que pasa en otras partes del mundo, donde la descentralización fortaleció a los gobiernos locales y mejoró la calidad del servicio", puntualizó.
El especialista señaló que los resultados son "desastrosos" porque también los gobernadores manejan el presupuesto "según su propio interés y conveniencia política".
"Y eso es lo que explica en el fondo esa situación de anemia presupuestal en la que se encuentran los estados, esa descoordinación de los servicios y esa incompetencia para comprar", destacó.
Al descubierto
El investigador de la UAM recordó que hace dos años, la emergencia por la aparición de la influenza A H1N1 "desnudó hasta los huesos", las limitaciones de la red mexicana de salud y seguridad social.
Detalló que la epidemia demostró que no hay comunicación ni control de la Federación hacia los sistemas estatales, "lo que explica la tardanza para notificar, cuando no hubo ocultamiento, a la Secretaría de Salud, sobre las sospechas o casos confirmados de contagio por el virus".
"Parecía que había un combate entre los gobernadores para decir: `yo tengo menos casos de los que tú tienes' y, sin embargo, `tuvimos más de mil muertos'", comentó.
Antes y después de la alerta sanitaria, todo fue confusión, en clínicas y hospitales públicos. Testimonios recabados por este diario coincidían en que había desorganización y ni los propios médicos contaban con información sobre la situación real de la emergencia.
El sistema de salud tardó varios días en establecer lineamientos básicos para el personal de salud con el fin de contener la transmisión de la influenza A H1N1 y tratar al paciente con los mismos estándares y procedimientos en el primero, segundo y tercer nivel de atención.
Una de las principales dificultades fue que los hospitales del IMSS, ISSSTE, Secretaría de Salud, Defensa Nacional, Marina y Petróleos Mexicanos tienen diferentes bases de datos de sus pacientes y no existe un expediente electrónico, lo que complicó la elaboración de un diagnóstico nacional, en tiempo real.
Gustavo Leal Fernández agregó que por esta epidemia quedaron al descubierto la fragilidad de las políticas públicas en materia de salud, con un sistema de seguridad social desarticulado y una inadecuada distribución geográfica de hospitales, clínicas y consultorios.
"Lo que falló fue lo que se había desactivado antes. Con la influenza brotó este fenómeno de la descentralización fallida; una década atrás el gobierno mexicano habría podido detectar oportunamente y atender mejor la epidemia", resaltó Leal Fernández.
Acusan mal uso de dinero para zonas marginadas
Como ejemplo de que los resultados de la descentralización del sistema de salud en México son desastrosos, Gustavo Leal mencionó lo que ocurrió en Guerrero, donde parte de los recursos del Seguro Popular se invirtieron en comprar un helicóptero que serviría para atender emergencias en zonas marginadas.
"Poquito antes del cambio de gobierno que acaba de suceder, un regidor rompió un récord guiness de esquí a pie descalzo utilizando este helicóptero, que por cierto, también usaba el ex gobernador para sus giras; un helicóptero que sirvió para todo, menos para la atención a la salud", relató.
Indicó que una vez que se denunció esta irregularidad, "misteriosamente" una banda atacó las oficinas del Seguro Popular en Guerrero y se incendió el edificio donde estaban los archivos.
"Vino el cambio de administración, y la Contraloría Mayor del estado reconoce que no tiene manera de comprobar qué hizo el gobernador con 100 millones de pesos, que es el faltante reconocido", manifestó.
El helicóptero matrícula XC-LKX debió ser habilitado como ambulancia aérea para el traslado de mujeres embarazadas en la región de la Montaña.
Sin embargo, era utilizado por el entonces mandatario estatal como transporte personal, dijo.
Leal Fernández dio a conocer que además hace dos meses se tuvo que quemar en Guerrero una tonelada de medicamentos caducos, que se habían quedado en los almacenes, a pesar del grave problema de desabasto en los centros de salud, clínicas y hospitales.