Confirman que el Estado Islamico usa armas químicas
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Los terroristas lanzaron gas cloro contra las fuerzas de seguridad y milicianos chiítas en Irak, en septiembre. El saqueo a plantas purificadoras de agua les permitió abastecerse
El uso de gas cloro como arma añade una nueva preocupación a la violencia que se registra en el país. De confirmarse los reportes, al norte de Bagdad, sería la primera vez que los rebeldes utilizaran gas cloro desde que lanzaron su ofensiva a principios de año, lo que les permitió apoderarse de importantes franjas del territorio en el norte de Irak y la vecina Siria.
Tres autoridades iraquíes âun alto funcionario de seguridad, un funcionario local del pueblo de Duluiya y otro del pueblo de Baladâ dijeron a The Associated Press que el grupo extremista usó bombas con cilindros llenos de gas cloro durante enfrentamientos a fines de septiembre en ambas localidades.
Las milicias no han podido apoderarse de Duluiya, situada a 75 kilómetros (45 millas) al norte de Bagdad, ni de Balad, ubicada a 80 kilómetros (50 millas) al norte de la capital iraquí.
En los ataques unos 40 soldados y milicianos chiítas fueron levemente afectados por el cloro y mostraron síntomas compatibles con una intoxicación con este elemento, como dificultad para respirar y tos. Fueron atendidos en hospitales y se recuperaron rápidamente.
El funcionario de seguridad dijo que era probable que los insurgentes hubieran conseguido el cloro de plantas purificadoras de agua que se encuentran en áreas bajo su control. Los servicios de inteligencia iraquíes ha señalado que el grupo Estado Islámico posee cartuchos llenos de cloro que están listos para usarse, dijo el funcionario.
Los tres funcionarios se expresaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con los medios de comunicación y no dieron más detalles.
El uso de cloro por parte del grupo extremista fue reportado inicialmente por el periódico The Washington Post. El cloro, un químico con usos industriales y para purificación del agua, fue utilizado por primera vez en la Primera Guerra Mundial y tuvo efectos desastrosos porque aún no existían máscaras antigás.