Viaje a las Estrellas
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Las series de televisión de los años 60 y 70, y algunas todavía de los 80, de ficción algunas y otras que revelaban una modernidad rampante, ofrecían una salida a la monotonía de nuestras pequeñas ciudades de aquellos años.
Mientras los fines de semana, la mañana, la tarde y la noche se tornaban aburridas las calles y había entonces poco qué hacer en ellas, la televisión poblaba de imágenes que nos aguardaban con sus escapes a una vida norteamericana que no era nuestra realidad, pero que pronto se convertiría en ella, sin que apenas lo sospecháramos. Era el caso de la La Tribu Brady, protagonizada por un matrimonio integrado por una pareja de divorciados y que aportaba cada integrante tres hijos, masculinos él y femeninas ella. En México, por esos años ni qué decir que se presentase ya no digamos una situación similar, ni siquiera el divorcio.
La siempre disfrutable familia Adams, una loca familia que todo lo hacía ver al revés, divertidísima, al igual que la de los Monsters, formaron parte de ese momento en que México se transmitieron esas series televisivas. Cómo olvidar en este rápido recuento al Súper Agente 86, el más distraído y de más mala suerte de los agentes en la historia, parodia del, ese sí, exitoso y popular 007, interpretado por Sean Connery.
Dos series bellísimas más para incluir aquí, la de la elefante Maya, con reminiscencias orientales y Los Pioneros. Esta última que hacía reflexionar, y mucho, en el papel de la familia, de cada uno de sus integrantes y de sus valores.
Por supuesto, La Isla de la Fantasía, El Crucero del Amor, Los Ángeles de Charlie, Bonanza y Daniel Boone.
Series de televisión hasta cierto punto ingenuas, algunas con tintes heroicos, como Daniel Boone o Los Pioneros; otras simplemente para hacer reír, cómicas, divertidas, y algunas otras que destacaban aventuras y acción.
Llegan estos recuerdos a partir del fallecimiento de quien fuera para todos los televidentes de esa época de un hombre emblemático: el señor Spock. Tanto la serie que él protagonizó con tanto éxito, Viaje a las Estrellas, como aquella otra: Tierra de Gigantes, se ocupaban de referir la vida en una galaxia fuera de la nuestra. Viaje a las estrellas, a cientos de años después de la época actual; y Tierra de Gigantes, contemporánea a la época de filmación y transmisión.
El Señor Spock, protagonizado por Leonard Nimoy, se volvió para muchos en el más entrañable de los pasajeros de la por todos conocida nave USS Enterprise NCC-1701. Su forma de ser evidenciaba que era de raza medio-vulcano. Hijo del embajador Vulcano Sarek y su esposa humana Amanda Grayson, se conducía con la razón de su parte vulcana y con la parte de sentimientos de su lado humano.
Un personaje indispensable para hablar de esta serie que sufrió un proceso largo de transformaciones. Muy interesante el desarrollo de esta transformación, hasta el momento mismo de su muerte, ocurrida cuando entra la cámara anti-materia sin protección. Las necesidades de muchos anteceden a las necesidades de pocos, e incluso a las de uno mismo, fue su único pensamiento al salvar heroicamente a su nave de una explosión.
Su muerte luego es llevada de manera estupenda en la trama, cuando recupera su esencia espiritual, katra, que había dejado intacta, en el cerebro del doctor Leonard McCoy. Su cuerpo es después recuperado y es posible la unión con su katra.
En fin, que lo interesante de todo ello es cómo perdura el recuerdo de este entrañable personaje que acabó convirtiéndose en un ícono. Su presencia en las pantallas de televisión, como lo fue la emblemática serie de Viaje a las Estrellas, ha de permanecer. Algo difícil de lograr y que, en el momento actual habría de preguntarse si alguien podrá hacerlo de la misma manera. ¿Cuántos de los trabajos que se realizan en la era moderna conservarán la vigencia de aquellos ingeniosos proyectos televisivos, muchos de ellos extendidos por años con igual éxito?
Alejandro Treviño
Lamento muchísimo el fallecimiento de Alejandro Treviño. Un muchacho de muy nobles sentimientos, de gran corazón, que fincaba siempre la superación como senda para establecerse retos.
Espléndido fotógrafo, lo recuerdo trabajando con gran empeño en textos periodísticos, a raíz de los cursos de redacción que asistía en nuestra casa editora VANGUARDIA. Le distinguía su dulzura y generosidad.
Un maravilloso ser humano. Muy triste noticia la de su fallecimiento.
Que descanse en paz.