Seguridad y datos
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En fechas recientes, diversos medios de comunicación dieron a conocer infografías con temas relacionados a la inseguridad. Es información que está por ahí pero se pierde a la vista de quien no sigue directamente el dato, lo toman y lo presentan de manera clara y directa.
En Coahuila debieran echarle un ojo.
A partir de cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas de la PGR, CNN México ofreció un “Mapa de los Desaparecidos”. En él, por números absolutos, Coahuila ocupa el quinto lugar (después de Tamaulipas, Jalisco, Edomex y el DF… por encima de Sinaloa) con mil 332 personas en esta situación. Si los números se analizan en proporción a su población, Coahuila ostenta el nada honroso segundo lugar.
Con cifras de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2014, del INEGI, el esfuerzo informativo “Animal Político” ilustró la variación de la tasa de incidencia delictiva por entidad por cada cien mil habitantes. Ahí, por incremento en los números de 2012 a 2013, Coahuila vuelve a ocupar el nada alentador quinto lugar.
Mientras estos datos aparecían en la prensa nacional, el Presidente visitaba la Comarca Lagunera en Coahuila.
“Encontrará a Coahuila en mejores condiciones de seguridad”, se adelantaba a la visita presidencial vía la prensa local el todavía Gobernador (VANGUARDIA, octubre 15, 2014). Esto lo decía aun cuando, días antes, aprehendían en aquellas mismas tierras a uno de los capos mexicanos más importantes en la historia del crimen organizado de Latinoamérica: “Traía documentos de nuestro estado, tenía domicilio aquí, pero no queremos esos factores en nuestra comunidad y hasta ahí lo dejo” (VANGUARDIA, misma fecha), respondió a pregunta expresa el titular del Ejecutivo Coahuilense como para darle vuelta a la página.
¿Mejores condiciones con peores cifras?
Gobernar no debe ser tarea sencilla. Hacerlo, como en Coahuila, con tantos ciclos sin cerrar y habiendo alimentado un sistema de canibalismo que premia la traición antes que la capacidad, debe ser todavía más duro. Ahí, donde hay valiosos esfuerzos individuales que terminan sofocados entre los apretujones de quienes quieren salir en la foto.
Pero a nadie conviene un mal gobierno.
Lo fácil sería decir que el Gobierno de Coahuila ignora la realidad. Pero ahí es donde, precisamente, está el detalle fino.
Según información en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la situación parece haber mejorado. Las cifras en homicidios dolosos, secuestros y robo de vehículo sin violencia son alentadoras hacia el cierre del 2014 (información hasta septiembre) y 2013 fue mejor año (si cupiera la expresión) que los dos previos.
Lejos se está de la tranquilidad que se vivía antes. Después del 2011 los números se dispararon dos o hasta tres veces. El asunto se desbordó de manera grosera.
¿Desconfiar de las cifras? ¿Y con qué nos quedamos? Considerando todas sus limitaciones, los números son hasta ahora la mejor orientación sobre el todo. Lo sano parece la ponderación: ni las infografías resumen toda la situación, ni —en este caso— el dicho de la autoridad representa toda la realidad.
¿El camino? Persistir en una comunidad informada que conozca los datos y su origen. Más o menos por ahí, la alternativa.
@victorspena
www.victorspena.net