¿Quién 'ingaos me está cuidando el caballo?
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Hoy parafraseo a Doménico Cieri Estrada: Escribir tiene magia, es aparecer entre la gente sin estar físicamente, es entrar en las almas sin tener que tocar la puerta.
Este viejo Filósofo le agradece querido lector que sin conocerme, me dé permiso de accesar a usted a través de estas líneas, están escritas con tanto amor, que tienen la magia o quizás el misterio âEse que me dice que no me lee por casualidadâ de ser un puente inteligible que une, por medio de la palabra, su mundo con el mío.
Esta Semana Santa dese permiso de gozar del encantamiento que tienen los más de 83 pueblos elevados a la categoría de mágicos en el país.
Invitado por el Presidente Municipal Juan Andrés Díaz Cruz, visité Tula, Tamaulipas, Pueblo Mágico, me quede embelesado con la fina anfitrionía de su gente, con su historia, sus tradiciones, su gastronomía llena de olores, sabores, colores y amores que cautivan, con la magia que se respira en su ambiente colonial.
Si usted se pregunta ¿Por qué Tula es pueblo mágico? La respuesta la tiene una barda pintada en contra esquina de la Presidencia Municipal: Por ser el primer asentamiento humano fundado en lo que hoy es Tamaulipas; Por ser el primer pueblo en armas en Tamaulipas; Por ser la cuna de la cuera tamaulipeca; Porque aún conserva el nombre y tradiciones de cada uno de sus 13 Barrios, por las cruces en los cerros llenas de un profundo simbolismo, que sirven para Espantar a la cosa mala dicen las abuelas; Por sus construcciones coloniales de adobe y aterrado como las casas de Don José Martinez, Rodolfo y Antonio Lara, Joaquin Perez, Alfredo González, Jesus Gallardo, Antonio Gutierrez, Enrique Reyna.
Por sus retorcidas y angostas calles empedradas; Porque conservan intactas las tradiciones en torno a la vida y a la muerte, así como en la fabricación de sus artesanías; Por ser la tierra de las deliciosas enchiladas tultecas, de los dulces y nieves más exquisitas de la región.
Por su apoyo al movimiento armado de la Revolución, por el General y Profesor Alberto Carrera Torres, autor de la Primera Ley Agraria de México; Por contar con innumerables muestras arqueológicas de la cultura huasteca; Por sus incontables lugares donde se encuentran fósiles de Mamut.
Por tener el domicilio donde se reunieron los primeros insurgentes en Tamaulipas; Porque en Tula nació la esposa de Don Porfirio, la Sra. Carmen Romero Rubio de Díaz; Por tener personajes ilustres como el Profesor Manuel Villasana Ortiz; Por haber sido la capital de Tamaulipas.
Por su histórico reloj instalado en la torre de la Iglesia, que durante más de 124 años ha marcado puntal el tiempo de la historia, el pueblo aporto $1500.00 a los cuales la Sra. Carmen Romero Rubio de Díaz, primera dama de la nación sumo $500.00.
El reloj fue adquirido en la Ciudad de Londres, Inglaterra e instalación por el Ingeniero Josset Passot de nacionalidad francesa, residente de la ciudad de Matehuala, San Luis Potosí.
Porque aquí nació la ilustre dama Isaura Calderón; Por sus vestigios de más de 210 edificios catalogados por el INAH como históricos, como su Iglesia dedicada a San Antonio de Padua, su actual Casa de la Cultura con su edificio de tipo ojival, el impresionante Hotel Diligencias, el Casino Tulteco, la Escuela Miguel Hidalgo y la Preparatoria, las capillas del Carmen y de las Angustias, sus Haciendas.
Por ser tan aristocrática como culta y ser llamada a principios del siglo XX como la ciudad de los pianos, según afirmaban que en cada casa había un piano; Porque el 17 de octubre de 1835 se le concedió a Tula el título de ciudad.
Esta Semana Santa dese permiso de quedar atrapado por el encanto de nuestros pueblos mágicos.
Resulta que en plena Semana Santa el viejo Filósofo pasa por la iglesia, el párroco lo ve y lo invita a la misa. El filósofo le dice:
ââ Disculpe Padre pero no puedo ¿Quién me cuida el caballo?;
ââ Dios te lo cuidará, hijo.
ââ Bueno, âExpresa el campesino de allá mesmoâ, y entra a la iglesia.
Cuando el Padre da inicio a la Santa misa dice:
ââ ¡Dios está con nosotros!
El Filósofo se levanta y sale corriendo a la vez que dice:
ââ Entonces, ¿Quién ingaos me está cuidando el caballo?
